A las nueve de la mañana siguiente, Chris estaba sentado en su gran oficina, la cual, como de costumbre, estaba extrañamente silenciosa... Llegaron las diez y la oficina todavía estaba en silencio. Al mirar los datos de la empresa en la pantalla de la computadora, Chris miró involuntariamente el gran sofá vacío frente a él... A las once, la oficina estaba terriblemente tranquila y parecía que incluso se podía escuchar su respiración sutil... A las doce en punto, finalmente, sacó su teléfono móvil y marcó una serie de números desconocidos. Contestaron el teléfono y una voz débil desde el otro lado dijo lánguidamente: "Hola...". Entonces, Chris no pudo evitar fruncir el ceño y, arrugando los labios, dijo en voz baja: "¿Por qué no viniste a trabajar?". Stacy hizo una pausa por un m