Capítulo 8

648 Words
  Sin embargo... La desazón volvió instantáneamente a su mente, pues Stacy no había olvidado que hacía solo un momento en la puerta del hotel, con una expresión arrogante y desdeñosa, este hombre la había llamado sarcásticamente "dama de compañía".   "¡Suéltame! Bastardo, déjame...", rugió Stacy, y comenzó a luchar.   Pero en medio de su pánico, la mitad de su cuerpo quedó al descubierto, por lo que tuvo que cubrirse apresuradamente, y gritó: "Ah...".   El hombre le hizo una mirada maliciosa y, frunciendo los labios, le susurró en el oído: "¡Si no te comportas, dejaré que te vean".   Su voz grave, parecida a un violonchelo, parecía una melodía.   "¡Rayos, no puedo creer que incluso su voz sea tan perfecta!", pensó Stacy. ¡Dios es demasiado injusto por haberle dado todas las cosas buenas a un hombre como este. ¡Lo más odioso era que perteneciera a la nobleza!   "Humph...". Stacy quedó sorprendida por su repentina frialdad, pero sus palabras amenazantes la convencieron.   En ese momento, los ojos profundos de Chris mostraron un indicio de consternación y cuando llegó al baño, con Stacy sobre sus brazos, de un patadón abrió la puerta, sorprendiendo a los hombres que se encontraban dentro. Algunos tuvieron que dejar a medias lo que estaban haciendo.   Stacy bajó la cabeza, sujetando el saco blanco sobre su hombro y estaba tan avergonzada que se escondió entre los brazos de Chris, deseando en ese momento ser invisible.   Entonces, Chris miró a su alrededor con frialdad y dijo en un tono tranquilo: "¡Largo de aquí!".   Los hombres se asustaron por su frío impulso y salieron sujetándose, como podían, los pantalones... Finalmente, volvió a cerrar la puerta de una patada y en un instante, el baño se quedó en silencio.   Solo cuando Stacy supo que se encontraban a solas, tuvo las agallas de soltar sus brazos y, haciendo un puchero, desganadamente le dijo: "¿Puedes dejarme ir ahora?".   Entonces, Chris enarcó ligeramente las cejas y , sin previo aviso, ¡la arrojó directamente sobre la mesa del lavabo! ¡No tuvo nada de delicadeza!   "Oh... Maldita sea, ¡duele!", exclamó Stacy por el dolor, y también por el frío que sintió al tocar el lavabo. Sin embargo, sus lloriqueos le parecían a Chris especialmente fuertes.   "Es bastante atrevido de tu parte ser una dama de compañía en una cena de tan alto nivel, ¿eh?". Las palabras sarcásticas del hombre la devolvieron instantáneamente a la realidad.   Stacy de repente hizo contacto con los ojos de ágila de Chris y, pronunciando claramente cada una de sus palabras, le dijo: "Señor, muchas gracias por ayudarme a salir de esta situación, pero tengo que repetírselo, yo no soy una dama de compañía".   Stacy Ku no quería meterse con este lunático, así que, sujetando el gran saco que llevaba encima, se dispuso a saltar del lavabo a toda prisa, pero Chris se inclinó, bloqueándole el camino. Entonces, una fría sonrisa apareció en el rostro del hombre, que inmediatamente colocó sus brazos de hierro sobre el espejo detrás de ella.   "¿Ya sabes cómo agradecerme? ¿No dijiste que tenía un exceso de ácido hialurónico en el rostro?", le cuestionó el hombre.   Esta frase fue tan ligera como el viento, pero poco a poco terminó explotando en el corazón tembloroso de Stacy, que abrió los ojos y tragó saliva. Efectivamente, sabía que este hombre no la había salvado desinteresadamente...   Entonces, frente al hermoso rostro del hombre que se acercaba cada vez más, ella reprimió los latidos del corazón y, forzando una sonrisa, le dijo: "Señor, bueno, creo que no hay necesidad de enojarse con una niña como yo...".   En primer lugar, si hubiera sabido que él era el presidente de la compañía William, no lo habría provocado.   "'¿Niñita?", exclamó mirándola y sus ojos parecían burlarse de ella, haciendo que Stacy se estremeciera de repente.
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