Capítulo 3

686 Words
  Cinco años después, Ciudad A.   En una pequeña casa en un barrio antiguo, de repente se oyó el lamento de un niño:   "¡Mamá, lo siento!".   Delante del sofá de la sala de estar, un niño se tiraba de las orejas y hacía pucheros lastimosamente mientras que Stacy, frunciendo el ceño, sostenía un examen con sus delicados dedos.   "Stan Ku, mira tu nota de literatura, es un desastre. ¿Estás tratando de darme un infarto?", reclamaba Stacy.   "Mamá...". El niño puso un gesto que reflajaba pura tristeza.   "Literalmente escribiste 'Esto no es de mi incumbencia' después de la expresión 'Ser o no ser'".   "Ya, mami...", dijo el pequeño suave y tiernamente, esperando que su madre no se enojara.   "No te hagas el lastimado conmigo. ¿Cómo te atreves a escribir que Oscar Wilde fue un viajero africano?".   El niño estaba tan asustado que no podía decir una palabra.   "Y mira esta. ¿Quiénes te enseñaron que Da Vinci se casó con seis prostitutas diferentes a lo largo de su vida?", continuó cuestionando Stacy, quien luego se mordió los labios, pues realmente no quería tratar a su hijo con tanta dureza, ¡pero las respuestas de este niño eran demasiado ridículas!   En este momento, la madre Stacy, Mary Yu, salió de la cocina y dijo con una sonrisa:   "¿Tan mala es la calificación de Stan? A ver, deja que la abuela eche un vistazo". Mary Yu se puso las gafas, tomó el papel de las manos de Stacy, lo miró y luego se echó a reír.   "Ja, ja, ja, tengo que decir que nuestro Stan es un pequeño genio para poder darle respuestas a preguntas tan profundas, a una edad tan joven".   "Je, je, abuela, tú me conoces muy bien", dijo Stan saltando a los brazos de Mary Yu.   "Mamá, ¿por qué lo apoyas en esto?", preguntó Stacy mirando a su hijo.   "Stacy, dado que creció en los Estados Unidos y acabamos de regresar a China hace medio año, es bastante común que tenga malas calificaciones en literatura. No presiones demasiado al niño que todavía es joven, solo enséñale paso a paso". Mary Yu abrazó a Stan con fuerza. No era porque adorara a su nieto, sino porque sabía que los tres habían tenido una vida mucho más dura que nadie en los últimos años.   "¿Todavía es joven? ¡Ya tiene cinco años y entrará oficialmente a la escuela el próximo año! Su c***o sigue siendo un desastre total. Me temo que no pueda aprender bien en ninguna clase...".   "Todo es culpa mía. Si no fuera por mi grave enfermedad, no habrías tenido que ir a Estados Unidos conmigo...", se lamentó su madre.   Mary Yu sabía muy bien que Stacy había sufrido mucho en aquel entonces, pero la hija se negaba a revelarle de dónde había provenido el dinero, ni siquiera le mencionó quién era el padre del niño.   "Mamá, ya no hables de todo eso que ahora ya estás bien".   Stacy dio a luz a los gemelos y su madre fue tratada en Estados Unidos. Después de unos años, los cinco millones de yuanes ya se habían acabado. Pero cuando vio a su madre recuperarse poco a poco, sintió que todo había valido la pena.   "Bueno, está bien entonces. Solo deseo la mayor de las felicidades para ti y Stan. Ahora solo nos queda esperar que liberen a tu padre...". Cada vez que Mary Yu mencionaba esto, sus ojos se empañaban por las lágrimas.   "Abuela, no llores... prometo ser bueno...". El niño extendió sus tiernas manos y suavemente secó las lágrimas de su abuela.   Stacy tenía un nudo en la garganta y apretó el examen en su mano. Se había dado cuenta de que tenía que trabajar más duro para ganar dinero y poder ofrecer a su hijo un mejor futuro, de este modo, los esfuerzos que hizo para poder quedarse con él valdrían la pena.   La noche llegó silenciosamente.   "Stacy, la fiesta ha comenzado. ¿Dónde estás?".   "Presidente Li, estoy en la puerta del hotel. Subiré pronto", respondió Stacy.   "Está bien, sube directamente al tercer piso. Aquí te esperaré".
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