La primera cosa que Lisa notó cuando despertó la siguiente mañana fue que su estómago estaba revuelto. La segunda cosa que notó fue que su cabeza estaba martilleando. Quedándose en su costado para evitar el molestar su estómago todavía más, comenzó a canalizar magia a las dos áreas problemáticas para aliviar su resaca. Un par de minutos después, ya sin sentir que estaba a punto de vomitar, tomó un momento para bendecir a su mentora por enseñarle como deshacerse de los efectos de sobrepasarse con el sake… y luego se tomó un momento para maldecirla por introducirla al sake en primer lugar. Fue al final de su breve pero colorida maldición mental que notó una tercera cosa… en su cadera estaba la mano de un hombre. Con esta noción, su estómago comenzó a agitarse de nuevo, pero esta ocasión,