10:58 am, del día siguiente. —¡Llegas tarde! —Vino el grito de indignación de una pequeña y morena chica de pie en el medio del campo de entrenamiento 3. Él sonrió bajo su máscara mientras saltaba de un árbol cercano y confrontaba el dedito apuntándole furiosamente. Ah, la nostalgia... —Lo siento. Me atrapó una inundación repentina de camino aquí y tuve que rescatar una caja de gatitos de una segura muerte por ahogo. —Explicó con una mirada grave en el rostro. Ella le lanzó una mirada nivelada que le dijo que no estaba creyendo ninguna de sus tonterías. —Ni siquiera está lloviendo. —Dijo, dirigiendo su mirada y palmas hacia el cielo, buscando por las inexistentes gotas. —Como uno debe suponer por su nombre, la inundación repentina vino y se fue repentinamente. — replicó pedagógicame