Nada a Largo Plazo

1099 Words

Doña Zaira lloró en silencio mirando ahora ella la carta, la leyó nuevamente y al final con una sonrisa forzada lloró aún más y fue inevitable que a mí se me salieran las lágrimas. Ella se paró, fue a la sala y salió al balcón, y en silencio se quedó mirando el mar en dirección al este por donde había salido la luna hace rato. La suave brisa le daba en la cara, esta hacía ondular su cabello rubio y el brillo en sus mejillas dejaba ver como caían las lágrimas. Llené de alcohol los vasos y la seguí al balcón con los tragos y le di su vaso. Luego de par de tragos en silencio me dijo: —Cuando era joven y estaba en Ibiza, luego de enterarnos que éramos hermanos y que pensábamos que no nos amaríamos nuevamente, llegamos a un acuerdo de que siempre que le quisiera decir que lo extrañaba que mi

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