Mi auto no había encendido, tenía la batería descargada, así que llegamos en taxi a la funeraria como a las 9am. luego de pasar por casa de Vero, dónde desayunamos y ella se cambió de ropa. La funeraria estaba abarrotada de gente, muchos amigos de la familia y familiares, también había personalidades de la isla tanto en el ámbito comercial, como en lo político, incluso el gobernador del estado y algunos antiguos y actuales alcaldes de algunos municipios estaban presentes.
Luego de saludar a mucha gente, logré llegar a dónde estaba parte de la familia reunida, Andrea se me colgó del brazo y no me soltó en todo momento. Me extrañó que estuviera sola esperaba que estuviera con sus hermanas.
Cami no había llegado, Gise estaba muy sombría, no sabría decir si estaba molesta.
—¿Qué te dijo tu
