El domingo en la mañana sentí tanto aburrimiento, que el viaje que tenía pensado hacer para mediados de la semana a Los Hamptons, lo hice ese mismo día. Al mediodía iba a llamar a Cony justo al despegar para que me esperara y me fuera a buscar al aeropuerto de los Hamptons y que haría escala en NY, pero decidí sorprenderla y llamarla cuando estuviese más cerca. Mientras volaba a NY hablé con mis hijas y con Vero. Me contaron que Gise parece otra, conversa más y está más dispuesta al compartir, la mirada inquisidora como si todo le molestara ya no la tiene. Eso realmente me reconforta porque se acerca a lo que más deseo. Al llegar a NY renté una avioneta que me llevara al pequeño aeropuerto de los Hamptons en un viaje de 25 minutos. Donde Cony me esperaba algo seria. —¡Qué oportuno eres