Luego de los saludos, el llanto de Vero correspondiente y ya calmada le presenté al Capitán a quien le hice entrever que esa hermosa mujer estaba disponible, haciendo que Vero sonriera irónica y me hiciera una mueca de burla cada vez que podía, Nos dirigimos a la zona de tiendas donde estaba la agencia de viajes. Luego de saludar al viejo conocido y dejar al capitán en la agencia de viajes me voy con Vero, que está aguantando la risa mientras caminamos hasta el estacionamiento. Al llegar con su control abre la puerta trasera de su camioneta blanca, dejo allí la maleta y le pido manejar a lo que se niega muerta ya de risa. —Nada, a capear el vendaval —me digo, y dispongo a subirme de copiloto. —Jajajajajaja —suelta una carcajada apenas cerramos las puertas— tenías que ver tu cara de sust