—Hace rato que sé como se llama el barco ¿No pudiste traer otro? —pregunta con desdén. —No, solo este es de paseo. El que tiene tu nombre es de fiesta y está en Nueva York — revirándome los ojos enfila a subir. Viendo que van a ser las once llamo a Vero y me dice que está a mitad de camino, le digo al capitán que prepare todo para salir, recordé que había invitado a las gemelas sobrinas de Guillermo y fue un error, ellas estarían de más en este paseo. Apenas llegue Vero partiríamos sin contemplación y nadie en cubierta. En 5 minutos llegó Vero y apenas subir, el marino ayudante soltó amarras y con sutil rapidez nos alejamos del muelle. Afortunadamente nadie llegó en ese momento a la marina, acomodados todos en la sala se hablaba de la fiesta y de las sorpresas y regalos de las niñas,