Me desperté, por los rayos del sol que directamente me daban en la cara. Miré hacia el lado derecho donde está el despertador y vi el pequeño equipo que estaba en la mesita de noche, decía que eran las 8:27 de la mañana, di un brinco sentándome al reconocer la habitación de Vero y que la hizo despertar asustada, me miró preguntándome asombrada por la luz del día que hora era, le dije la hora y peló más los ojos y se sentó en la cama, para descubrir la gran mancha de sangre, me asusté por que la mancha era más grande que un plato grande. —¿Y ahora qué vamos a hacer con esto? —pregunté preocupado por las sabanas manchadas. —No te preocupes, puedo decir que me vino el periodo mientras dormía, ya me ha pasado antes —dijo con mucha naturalidad. —¿En serio? Uff que alivio —dije muy aliviado.