Por la forma de tocar insistentemente, sé que es Gise. —¿Ahora qué Gise? —pregunto apenas abro la puerta, dándole la espalda me dirijo hacia la cocina. —Lo mismo Sergio, necesito que me entregues los vídeos —entrando y cerrando la puerta tras de sí. —No Gise, lo siento mucho, pero no. Esa la única garantía que tengo de que nos vas a dejar en paz. —¿Qué más quieres Sergio? Te quedaste con la familia —Abriéndose paso me hace a un lado, se me adelanta y se dirige directo a la cocina donde saca un vaso, busca en los gabinetes una botella de whisky, se sirve un trago para ella y me sirve uno a mí. Me seguía pareciendo extraño que a las 10 de la mañana se sirviera un trago fuerte. —Vamos Gise sabes que no es así, fuiste tú la que decidió alejarse. Nadie te dijo que te fueras —tomando el vas
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