A la hora de la cena, fue Gise quien propuso al día siguiente hacer una parrillada en la casa, todos nos quedamos algo cortados, el plan de ir a bailar no es que había de suspenderse, solo se hacía un poco más difícil. La hora que Gise proponía era al final de la tarde complicando la salida. Y aunque nadie puso reparo a su idea era obvio que estábamos incómodos, Vero y yo lo conversamos luego en cama. —Bueno Vero, pero tomémoslo como un pre-despacho, vamos a llegar más animados a la disco y quién sabe quizás no duremos mucho allí tampoco y nos vamos a bailar horizontalmente luego. —Bueno, desde ese punto de vista no me parece mala idea. Solo que no se le ocurra hacer esa parrillada eterna. —Si todos ponemos de nuestra parte, podemos terminarla más rápidamente. Estando acostado con ell