Cuando me terminé el whiskey saqué la plancha de un gabinete, colocando un paño fino sobre el mesón coloqué encima la carta con el nombre boca abajo y procedí a plancharla, la humedad del vapor había hecho ondulaciones en el papel a lo largo del pegamento y debía corregirlo y no dejar evidencia alguna. Nuevamente la coloqué en su sitio, metí la gaveta y me fui a mi habitación dejando todo como estaba, al llegar a mi cuarto Andrea estaba acurrucada de frente a la puerta. Con cuidado me acosté al otro lado de la cama, ella me sintió y se volteó, por un momento con los ojos entrecerrados me miró a los ojos, le lancé un besito y ella sonrió acurrucándose como siempre pasando su pierna sobre la mía, su brazo abrazándome, mi mano en su espalda y suspirando en mi hombro siguió durmiendo. Es la