—No nada que ver, sexualmente era bueno y el despecho y las ganas las sacié con Guillermo de allí salió Vero y gracias a ese embarazo no sufrí despecho, fue fácil superarlo. Después a los 3 años empezamos a cruzarnos en la calle y a coincidir en alguno que otro evento y siempre me echó en cara lo joven y hermosa que era su esposa, de repente empezó un acoso algo extraño, pues en cualquier oportunidad que tenía me criticaba la edad. Me decía vieja en mi cara y me comparaba con su esposa y Bueno para hacerte el cuento corto, luego perdimos contacto rara vez me lo cruzaba pero yo lo ignoraba, desde hace unos meses empezó a coincidir en el gimnasio al que voy regularmente. Al principio iba con la esposa, que terminó engordando una barbaridad y estaba horrorosa, tan así que tú eres un esquelet