Con el rollo del culo de Gise y todo lo que hablamos, a mí se me había olvidado el peo de quién había abierto la puerta, y al llegar de nuevo a la casa estaban todos sentados en la sala como perros regañados esperando que Gise llegara discutiendo. ¿Pero qué hacían las gemelas allí? ¿Sabrían ellas algo de la orgía de anoche? ¿Ahora quién las aguanta? ya las escucho queriendo participar también. —¿Por qué esas caras? —pregunté al entrar en la sala. —Bueno esperando el chaparrón, ¿Qué pasó que te dijo Gise? —preguntó Vero. No iba a contarles lo que pasó a todos allí, esto era algo íntimo de Gise y aunque, pienso que se sentaron unas bases para mejorar las relaciones de ella con Cami, no me parecía prudente que lo hablara con todos. La suegra me miraba fijamente y negó levemente la cabeza,