Nos separamos para que se bajara de las escaleras, intente darle un abrazo que no rechazó a la vez que llegaban las muchachas y se unían al mismo. Ella no se rindió tan fácilmente y nos hizo jurarle a los demás que de esto nadie debía saberlo, yo le dije que como se le ocurría pensar eso. Mariana se la llevó a parte y empezó a hablar con ella por que de pronto se vio toda atormentada, yo me quedé con Vanessa, me senté en el borde de la piscina y me dejé caer en el piso, apoyando mi cabeza sobre mis manos, estaba realmente exhausto. En ese momento vi que el cielo estaba completamente tapado, unas nubes grises se aproximaban, pero no se veían señales de lluvia, ya no hacía tanto calor, aunque el piso aún estaba caliente. Siento que Vanessa se sitúa entre mis piernas y acariciándome los mus