“No es libre quien no puede controlarse a sí mismo” Pitágoras. Dos meses habían pasado desde la muerte de Rodrigo, Fernanda había bajado de peso, porque su estado de ánimo no era el mejor, sin embargo poco a poco fue cambiando de actitud, volvió a sonreír, a comer mejor, a hablar. Fernanda solo hablaba con Santiago cuando estaban en la intimidad de su habitación, a veces cruzaba palabras con Lucia para ponerse de acuerdo en cada decisión que tenía que ver con las acciones. Santiago esperó, Santiago la acompañó, Santiago guardó silencio junto a ella, Santiago volvió a sonreír cuando ella la hizo y la besó cuando ella estuvo lista para hacerlo. La miraba dormir, cuando lograba conciliar el sueño, vigilaba con cuidado que ella no despertará asustada o gritando como algunas noches porque