La brisa de la tarde jugueteaba con los pliegues del vestido de Juliana mientras caminaba con elegancia por los jardines de la universidad. Sus padres estaban en otro auditorio, en el de la escuela de leyes, en la graduación de Maryluz, que empezó horas antes. Juliana buscaba con sus ojos a Bruno, pero no lo encontraba, transitó por un corredor. Alfredo también andaba en la búsqueda de su hijo, el joven había ido al hotel por su madre, ya debía estar en la universidad, pero no llegaba, caminaba mirando el móvil, digitando el contacto de Bruno. Juliana salía de un corredor sin darse cuenta rozó el hombro de un caballero, cuando ese hombre alzó su mirada sus ojos se encontraron. —¡Señor Villamizar! —jadeó ella, sintió un estremecimiento de pies a cabeza. Alfredo contuvo el aliento al re