Capítulo 4

2926 Words
Estoy muerta, apenas y logré dormir un poco, puedo decir que el asunto con Erick me tiene bastante inquieta, me miro al espejo un par de veces, el cansancio se hace presente con un par de ojeras bastante marcadas, suelto una pesada respiración y lucho con el corrector tratando de cubrirlas, ¿Qué es lo que me espera para el día de hoy? La ansiedad va a matarme un día de estos; cuando logro terminar con mi maquillaje, me recojo el cabello en una coleta, un poco de perfume y ya estoy lista para bajar a desayunar, la casa se escucha bastante silenciosa, quizás todos siguen dormidos, soy un desastre cocinando así que si no hay nadie por ahí, tendré que hacerme un sándwich o quizás un tazón con cereal sea una mejor opción; tomo mi móvil del buró y antes de salir, veo en la esquina de mi habitación el tapete de Yoga, lo tomo, de algo me puede servir, quizás meditar sea útil en estas circunstancias; salgo de mi habitación y me encamino por el pasillo hasta llegar a las escaleras, cómo las personas normales, decido caminar, bueno, no me queda de otra, no puedo aparecer donde se me dé la gana, en fin, necesito hablar hoy con papá, si bien, mi osito no quiere ser inmortal, seguro podré convencerlo, un masaje relajante y una sesión de mucho amor pueden ayudar a fortalecer mi relación con él; sí algo puedo reconocer es que el sexo con él es increíble, jamás había experimentado tales sensaciones, no soy una santa, estuve con otros chicos antes que con Erick, pero puedo estar por completo segura que la conexión puede llegar a ser incluso espiritual, algo así como el sexo tántrico por describirlo de un modo, las energías y emociones fluyen haciéndome sentir genial, o será que tiene unas increíbles habilidades para ello; cuando llego a la cocina, me asombro de ver a papá en la barra del desayunador con su laptop y un sándwich a medio comer, ¿Dónde está mamá? —Buen día papi —Buenos días, pequeña Saluda dándome una sonrisa, me acerco a él y beso su mejilla dejando justo a su lado mi tapete de yoga —¿Y mamá? —Está con tu hermano, comió demasiadas golosinas anoche y tiene dolor de estómago, yo la verdad moría de hambre y tenía que revisar unos documentos de un caso, por eso el sándwich —¡Oh! Ya veo, entonces, ¿Mucho trabajo? Pregunto alejándome hasta la encimera para tomar un tazón y la caja de cereal, sirviéndome un poco para luego encaminarme hacia la nevera para sacar el cartón de leche —Algo así, pero tú no sueles preguntar sobre eso, ¿Qué sucede? Ayer noté algo de tensión entre Erick y su familia Suspiro, es lógico que se dieran cuenta, no se necesitaba de mucho para ello, termino de preparar mi tazón y me acerco hasta papá sentándome en el banquillo frente a él —Erick y yo tuvimos una muy leve discusión ayer, no estoy segura si tiene problemas con sus padres y hermanos, pero creo que por eso estaba enfadado, luego quise contentarlo hablándole de buscar su inmortalidad y se puso mal Papá se frota la barbilla, arquea sus cejas y suspira, doy una probada a mi cereal y después de unos segundos que me parecen eternos juego un poco con mi improvisado desayuno —Cariño, tú sabes bien que no puedes redimirte y hacer que Erick sea inmortal es casi imposible —Pero tía Caroline… —Ella pudo porque tu tío Zeth le cedió la regencia de un círculo infernal, pero a pesar de que tu seas mi hija, no eres regente de ningún círculo, ni tampoco me gustaría que lo fueras Escuchar su declaración me hace sentir confundida, ¿No me cree capaz de ser una demonio? Eso si no me lo esperaba, ¿Cómo me subestima así? —Pero Amber… —Amber es diferente, a ella la reclamó el círculo, tú eres mi princesa, estar sujeto a condenar almas no es un trabajo fácil, no digo que no seas capaz, pero tienes demasiado buen corazón para ello y podrías sentirte miserable a la larga, por eso no me gustaría que lo hicieras Explica, lo miro a los ojos, estos están cargados de preocupación, pero yo solo puedo sentirme con dudas, desesperación y algo más que no puedo describir —¿Tú te sientes miserable? Pregunto tratando de tener una explicación para el asunto, él se estrecha el puente de la nariz entre sus dedos denotando frustración     —No, pero es diferente, no tengo tan buen corazón como el tuyo, pero volviendo al tema con Erick, la inmortalidad puede ser un regalo o una maldición dependiendo de la perspectiva en la que se vea, pero, si lo tomas como un regalo, te aseguro que no es para cualquiera, y Erick… Hace ademanes con sus manos y cierto gesto de desagrado, ¿por qué no ayudarme con mi osito? —Pero yo lo amo, papá —No dudo de tu amor por él, pero si dudo de él para contigo —¡Papá! Llamo su atención mientras mis ojos se cristalizan, ayer no tuve un buen día, discutir con Erick no fue agradable, incluso puedo decir que no me gustó para nada que apretara mi brazo, pero algo en mí se aferra a que podemos solucionarlo —Solo digo la verdad, Jade, ese chico no me da la confianza suficiente, quizás, de todos los Thompson que conozco, es el único que no me cuadra, pero respeto que tu estés enamorada de él Entrecierro los ojos, me siento un tanto molesta, ¿Por qué dudar de quien me hace feliz? No es justo que a mis hermanas las haya apoyado y a mí no, dejo mi tazón de cereal sobre la barra y me pongo de pie de inmediato —Ya no tengo hambre Mi voz sale más seria de lo normal y comienzo mi andar por el pasillo, esto no me parece justo, siempre he tratado de ser buena hija a pesar de mi metedura de pata, quizás eso arruinó bastante la confianza, pero un poquito de apoyo con esto no estaría mal, bueno ya soy mayor de edad, incluso si quisiera podría irme, pero algo en mi me dice que no es el momento, quizás la prudencia al saber que aún no tengo un trabajo estable y el irme sin fondos sería una catástrofe, terminaría durmiendo bajo un puente —Jade, no soy tu enemigo, solo trato de que no salgas herida Escucho su comentario, pero decido seguir mi camino hacia mi habitación, quiero concentrarme en cómo lograr que mi osito esté feliz, necesitamos que todo se aclare en el almuerzo o terminaré por volverme loca.     ******            ******     —Jade, llegaron por ti, hermana La voz de mi pequeño hermano suena del otro lado de la puerta de mi habitación, me miro por última vez al espejo, creo que no luzco tan mal después de todo, soy muy vanidosa, le invierto mucho tiempo a mi imagen, aunque muchos me critican diciéndome superficial, no se imaginan toda la disciplina que se debe de tener para lograr tener un buen físico —¡Voy! Respondo acercándome a la puerta de mi habitación, salgo de inmediato y veo a mi pequeño hermano corriendo por el pasillo, solo puedo negar con la cabeza, un día de estos se caerá y se va a lastimar bastante; a paso seguro, llego a la escalera y comienzo a bajar, una sonrisa amplia aparece en mi rostro al ver a Erick, papá tiene un gesto impasible, mientras mi sonrisa se ve apagada al percibir cierta hostilidad de parte de mi osito, no sé aun como logro percibir cosas así si se supone que mis poderes aun no aparecen, pero en fin, más cosas raras que vienen de familia, al llegar al pie de la escalera papá me da una mirada como de advertencia, no comprendo lo que está pasando, sé que mi novio no le simpatiza para nada; ruedo los ojos y me acerco a él para despedirme —Nos vemos en la cena, papi —Por favor cuídate Suelta serio tomándome por los hombros, su mirada denota preocupación, solo puedo arquear una ceja un tanto desconcertada —Vamos, Jade, se hará tarde Ni un mimo o frase bonita, esto si me pondrá con los nervios de punta, me giro en mis talones y cuando estoy por tomar su mano este solo me hace seguirlo, A mí no me mires, hija, su comportamiento es auténtico y me estoy conteniendo para no reventarle el culo a patadas, Suelta papá en mi mente, giro un poco mi cabeza mirándolo, él se encoge de hombros, sé que puede hacer ese truquito de meterse en sus recuerdos y decirme lo que pasa, pero seguro quiere que yo lo descubra; junto a Erick salgo de casa y abre la puerta de su auto —Sube, iremos al parque —¿Y el almuerzo? —Primero debemos hablar ¿Ok? Asiento y abordo el auto acomodándome el cinturón mientras el cierra la puerta y va a su lado, siento un escalofrío, es extraño, como si una especie de electricidad me recorriera de pies a cabeza, trato de ignorar el hecho, mi osito arranca el auto y salimos de la propiedad —Oye, ¿Qué tal todo? Pregunto tratando de hacer más ameno el camino, me da una sonrisa siniestra y no aparta su mirada de la carretera, es un día soleado, pero se ve ensombrecido con tanta tensión, en definitiva, me levanté con el píe izquierdo   —¿En verdad te importa? ¿Acaso está siendo sarcástico?, parpadeo un par de veces y me inclino en mi asiento acercando mi mano a su rodilla —Obvio que sí, eres mi novio Con solo decir la última palabra, rueda los ojos fastidiado, sigo sin comprender nada en lo absoluto, estoy siendo dulce con él y a cambio me da vinagre, aparto mi mano y comienzo a jugar con el tirante de mi bandolera   —Y ¿tu trabajo? Insisto con una nueva pregunta, se aclara la garganta y levanta su mano acomodando el retrovisor  —Jade, muchas cosas te van a dejar de importar después de esto, a menos que seas una jodida enferma Mis cejas se arquean con sorpresa al escucharlo y solo unos pocos kilómetros, llegamos a las orillas del Mississippi, no veo a nadie cerca, ¿Qué rayos planea que hagamos aquí? el lugar está por completo desolado, tanto que me provoca escalofríos; aparca el auto y baja de inmediato, lo imito y no doy ni tres pasos cuando el tira fuerte de mi muñeca encajando sus dedos en mi piel —¡Oye! Me estás lastimando Protesto y me zafo de su agarre, él se gira en sus talones y su gesto me resulta intimidante —Traté de no hacer un escándalo ayer, no quería arruinar la boda de mi primo, pero yo ya no puedo más, Jade —¿A qué te refieres? —Constantemente me siento amenazado por ti y por tu familia —¿Qué? Pero osito… —De osito nada, estoy cansado de tus jodidas niñerías, ¡Dios! Ya eres una adulta, ¡Madura! Mi pulso se dispara, en nuestros cuatro años de relación, jamás me había hablado de esta manera, mis manos se empuñan a mis costados, Respira, Jade, debes guardar la calma, cito mentalmente —¿Qué pasa, Erick? No comprendo para nada lo que sucede Se pasa ambas manos por su cabeza y comienza a caminar de aquí a allá —No puedo seguir contigo, Jade —Pero, estábamos bien —No, tu estabas bien, yo no, al principio si me tenías por completo idiota, no solo eres una chica popular entre las masas por ser Stargees, admito que eres hermosa, un trofeo que cualquiera quisiera tener, pero no dejas de ser una chiquilla mimada que todo lo ve color de rosa, este es el jodido mundo real, uno en el que yo soy un humano y me daba terror terminar contigo porque mi instinto de supervivencia me dice que tu padre y tíos me torturarán, matarán y encerrarán mi alma en el infierno ¿Entiendes? Soy humano y ustedes unos jodidos monstruos intimidantes con poderes mágicos, pero ya estoy cansado y si he de condenarme, prefiero que sea de una maldita vez Mis ojos se cristalizan, cada palabra es un golpe, mi corazón se va rompiendo poco a poco en pedazos haciéndome sentir miserable, miro por un momento las puntas de mis pies, inhalo una gran bocanada de aire para luego exhalar lentamente, una buena técnica de yoga para tratar de relajarme —Jamás te haríamos algo así, los demonios también podemos amar, Erick y te juro que yo te amo y te he dado lo mejor de mí, ¡Dios! Estaba buscando tu inmortalidad, ¿Tan malo es eso? —¡Ya calla! Deja de decir esas estupideces, jamás desearía ser un monstruo de ese tipo, acepto que puedes ser excelente en la cama, estás bien para un maldito rato, pero de eso a pensar en un futuro contigo es una gran diferencia y tú me haces sentir inseguro, si te enojas conmigo, con lo mimada que eres, seguro le dirías a tu padre para que me lleve al jodido infierno y no quiero arriesgarme a eso, no me arriesgaré a morir solo por estar a la fuerza contigo, así que resolvamos esto como adultos, ¿Quieres? —¡Tu dijiste que me amabas, Erick! —Era eso o ser víctima tuya, es normal que haya pensado en sobrevivir, ¿No? Cierro los ojos un momento, mis lágrimas fluyen por mis mejillas, trago en seco, siento un nudo en la garganta, estoy tratando de ser fuerte ahogando un maldito sollozo —Te di cuatro malditos años de mi vida, Erick Suelto con la voz más clara posible al estar apretando mis dientes, necesito un poco de voluntad para enfrentar esto —Para ti no son nada si hablamos de que eres inmortal La frialdad con la que me está tratando no se la deseo ni a mi peor enemigo, levanto mis ojos hacia él que me mira con el ceño fruncido, su desprecio se refleja haciéndome sentir cada vez más miserable, más indefensa al mismo tiempo que un cúmulo de sentimientos, entre ellos, la ira, se arremolinan en mi interior    —¡Los sentimientos cuentan Erick! Vocifero acercándome un poco más a él, necesito que entienda que mi amor es verdadero, los seres sobrenaturales solo nos enamoramos una vez en nuestra bendita existencia, en este momento estoy dispuesta a rendirme y buscarlo en todas sus vidas —Si, pero esto es de dos, Jade, yo no tengo nada más que hacer contigo, mañana me largo de vuelta a Metairie, ni se te ocurra buscarme ¿Entendido? Me acerco más a él y lo tomo por el brazo en un intento desesperado por que se quede a mi lado —Por favor, una oportunidad, yo te amo, prometo no ser tan mimada y darte tu espacio, sé que a veces puedo llegar a ser un tanto asfixiante, sé que pude haberte hecho dudar con esa locura de la inmortalidad, pero mira, empecemos de nuevo, yo no te forzaré a nada y… —¡Basta Jade! Ten un poquito de dignidad y deja de humillarte a ti misma Me grita haciendo que algo dentro de mi fluya, su mirada se vuelve más intimidante y cuando está por apartarme de un empujón, siento una energía fluir de adentro hacia afuera repeliéndolo de inmediato, veo en cámara lenta como vuela por los aires y cae hasta el suelo a unos cinco metros de distancia de mi —¡Erick! Grito horrorizada al contemplar la escena —¡Maldita perra! Su voz pareciera más un gruñido, me encamino rápidamente hacia él, no, esto no puede pasar justo ahora; cuando estoy por ayudarlo a levantarse me fulmina con la mirada y se arrastra alejándose un poco de mí, las lágrimas no dejan de fluir y su desprecio me hiere más y más —¡Aléjate de mí, estúpida!     —Erick, lo siento, yo, esto no debió pasar, mis poderes, no sé qué pasa Trato de explicar con desesperación haciendo ademanes con mis manos, un hormigueo recorre mis brazos, siento como fluye hacia mis palmas y en estas se acumulan una especie de bruma azul neón, mis ojos se abren cual platos, tengo miedo, no sé cómo controlar esta cosa —Pasa que me das la jodida razón, algo que no te guste me mandarás a la mierda directo al infierno Niego con la cabeza, siento esa energía recorrerme de nuevo, debo huir de aquí antes de que ocurra una desgracia, algo no saldrá bien, estoy muy alterada, me giro en mis talones y comienzo a correr —¡Eso es, bruja! ¡Lárgate! No le bastó con haberme roto el corazón, sigue con las malditas humillaciones, suelto un sollozo entre lágrimas tratando de correr por la carretera, necesito volver a casa, quiero estar en casa; mi pulso martillea en mis oídos ensordeciéndome, siento un cosquilleo en mi nuca, el miedo me invade, necesito estar con mamá y papá; de pronto un escalofrío me paraliza y una neblina me envuelve por completo, todo está obscuro —Deseo estar en casa Suelto en un sollozo con la esperanza de que esto pase pronto.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD