Me quedo estupefacta al ver el enorme edificio de fachada un tanto clásica sobre la calle F noroeste, cientos de ventanas brillan con la luz del sol, si, hoy hace un día increíblemente soleado, aunque el clima aquí es un poco frío; la entrada principal es adornada con una placa donde cita en letras relucientes “Courtyard by Marriot” lámparas estilo farol cuelgan a cada lado del acceso, se puede sentir una especie de vibra, si, esa que se siente al estar en un lugar de lujo, bajamos del auto que nos ha traído hasta acá, al parecer la asistente de Will se encargó de que se nos recibiera en el aeropuerto y nos trajeran al hotel, esto si que es eficiencia, aunque siento algo de celos, espero la asistente no sea de esas que fantasean con tirarse al jefe
—Gracias Jeffrey
—Siempre es un placer
