MADS Cuando he terminado de desahogarme en brazos de la rubia, lavo y seco mi cara mientras ella me mira haciendo muecas extrañas —Ese barbudo desgraciado me las va a pagar, ¡nos vamos ya mismo a tu casa y cuando llegue voy a golpearlo hasta que se desangre y muera!.— Suelto una carcajada por sus ocurrencias, aunque no dudo que ella cumpliría su amenaza. —Irías a la cárcel y tienes 3 hijos mujer. — trato de razonar. —Me ayudarías a esconder el cuerpo, seríamos hermanas en el crimen de por vida. — Emma a veces puede ser muy turbia. —Primero quiero escuchar lo que tiene que decir, luego lo golpearemos juntas. — Me sonríe con malicia y asiente. —Vamos entonces. — toma mi mano dirigiéndome a la salida del hotel. — ¿Y Ben, no crees que se moleste porque lo dejas solo en su noche de b