-¿Cómo haces para hacer eso?- le pregunté mientras paseábamos por la calle, el auto nos seguía de cerca junto a sus guardaespaldas pero Vito insistió en que caminaramos un poco.
Se rió.
-¿Cómo hago qué?
-Sabes a qué me refiero- apunté- Ese super don tuyo, todos hacen lo que quieres. ¿Cómo lo consigues?
Me sonrió ampliamente y mi corazón se aceleró ante esa mueca tan celestial.
-Tú mismo lo dijiste, cara mia- susurró acercándose a mi rostro- Es un don.
-¿Y qué tan seguido lo utilizas conmigo?- pregunté en serio intrigada, miró a mis labios antes de responder.
-Nunca lo he intentado, parece que no hace falta- me reí sin poder evitarlo.
-Eres tan engreído- comenté y me dio una fuerte nalgada en la calle, abrí la boca sorprendida más de mi no salió ni una queja.
-¿Engreído?- repitió d
