Recibo una llamada.
— Hola Alessandra dime.
— Javier, recuerde que hoy tiene que hacer la firma de la compra de los terrenos, ya el Lic. Manuel verifico que todo estuviera en orden, adicional la nueva oficina estará lista en 3 días, como usted lo pidió estarán las oficinas del restaurante y de bienes raíces juntas.
— Perfecto, ¿cómo va tu casa?
— Mañana me la entregarán, le agradezco por todo esto, mi madre siempre se afligía cada vez que tocaba pagar la renta, y este trabajo ha sido un cambio radical.
— Sabes quisiera invitarte a cenar, nada de negocios.
— Si no son negocios ¿porque la cena?
— No te lo pido como jefe solo como un conocido que quiere invitarte, tú me dirás si aceptas o no, no quiero que lo tomes como obligado.
— Está bien, aceptaré cenar con usted.
— Paso por ti a
