Ana imaginó que tras recibir la noticia de que estaban esperando un bebé, Mikhail saldría corriendo con la hoja de los resultados en la mano y gritando para que todos en la mansión escucharan lo feliz que estaba al saber que sería padre, pero la manera de celebrar de su esposo la sorprendió gratamente. Después de que pasaran varios segundos mirándose mientras estaban unidos al juntar sus frentes, su amado ruso inició un beso que primero fue suave, tierno, hasta algo tímido, pero poco a poco fue subiendo de intensidad según como aparecía el deseo entre ellos y la pasión afloraba. «Festejemos nuestra paternidad amándonos, Ana», soltó Mikhail demasiado excitado, por lo que no esperó a que ella respondiera y empezó a despojarla de sus ropas. Ana disfrutaba de cada caricia y beso que su esposo
