—¿Qué fue lo que te dijo James? —Piper pone su almuerzo frente a mi y se sienta. Me llevo una mano al corazón mirándola con reproche, me había asustado. Estábamos en la cafetería, almorzando.
Bebí un sorbo de mi jugo.
—Pues el muy idiota me quitó el cuaderno —dejé la cajita de jugo a un lado de mi plato. Ahora tomé mi hamburguesa y le di un mordisco.
Piper hizo cara de pucheros.
—Pru, ¿y ahora qué vamos a hacer? No quiero reprobar —descansa su barbilla en sus puños.
—No vamos a reprobar —le dije con la boca llena, limpiándome un poco de salsa de la barbilla. Soy un desastre hasta para comer, miro a mi alrededor si alguien me había visto hasta que mi vista cae en James -demonio- Bell. Él sí me estaba viendo porque se estaba riendo a lo bajo. Lo fulmino con la mirada y llevo mi atención
