Que bueno que vas a seguir leyendo, bueno sigo escribiendo..
Como ya mencioné tengo 30 años, soy alto, creo que mido 1,85; tengo un cuerpo fuerte, musculoso, pero no soy como esos chicos fitness de i********:, tengo fuerza, creia que era por mi trabajo y porque me gusta correr. No voy al gimnasio ni entreno.
Hace unos 2 o 3 años me sentía muy inquieto, tenía una sensación extraña dentro mío y comencé a practicar yoga, no daba mucho resultado, no me calmaba por completo hasta que comencé a hacerlo en el bosque.
Uff ahí si que me resultaba, me iba con mi mochila y mi mat color azul y a medida que fui tomando un ritmo, siguiendo cierta rutina, la conexión conmigo mismo y con esa sensación extraña se hacía más fuerte y la controlaba, me controlaba. Me calmaba y podía vivir tranquilo hasta la próxima sesión.
Y así lo hice, lunes, miércoles y viernes a la mañana temprano, todavía siendo de noche, me levantaba, tomaba mi café y vestido con ropa de deporte me iba corriendo hasta un claro en el bosque y ahí comenzaba con las posturas y la relajación.
Después de unas horas, volvía al pueblo y comenzaba mi día.
Durante todo ese tiempo entendí que lo que me pasaba era una especie de disconformidad con mi vida, algo que me faltaba, no sé.
Soy homosexual, me gustan los hombres, en este pueblo tan, tan chico, es difícil, todo, hablarlo con alguien, conocer a alguien como yo, liberarme y ser como soy sin tener miedo o vergüenza.
Quizás, pensaba, eso era lo que me inquietaba que falte poco para llegar a mis 30 años y todavía no poder vivir libre y dejarme llevar, sin tener un compañero a mi lado.
Pero al parecer no era eso.
La semana de mi cumpleaños, hace 2 semanas atrás, todo fue peor.
Esa sensación rara que tenía dentro mío era una locura.
Me tenía en estado de nervios y ansiedad todo el tiempo, casi no dormía, solo de día y muy poco, tenía calor, no soportaba nada.
Menos mal que vivo solo.
Vivo arriba del taller desde que tengo 24 años, el tío Edgar me dejaba quedarme aquí cuando me entusiasmaba mucho con algún trabajo y no volvía a mi casa a comer, y con el tiempo pagandole un alquiler y haciéndome cargo del taller le compré todo, ellos, el tío Edgar y la tía Stella son los únicos que no han tenido hijos y bueno, todos somos de alguna manera sus hijos de corazón, pero yo conecté más con ellos.
Ahora viven tranquilos en su casita a las afueras del pueblo, Stella es costurera, toda la vida trabajó arreglando ropa y haciendo ropa, sobre todo vestidos y esas cosas de mujeres.
Así que como decía, menos mal que vivo solo, porque ese estado en el que estaba hace unas semanas atrás era horrible. Un fuego dentro mío, andaba rabioso, nervioso, ansioso. De a ratos me dolía todo el cuerpo, unos dolores horribles, me hacían llorar y sudar, como si todo mi interior estuviera cambiando, retorciéndose.
Tenía tan pocos momentos de tranquilidad y lucidez que los usaba para comer algo y bañarme. También me comunique con la gente que se preocupa por mi y avise que estaba con una gripe muy fuerte y que quería estar unos días solo y tranquilo.
Tuve que aclarar que no le iba a abrir la puerta a nadie para que me dejen tranquilo.
Del trabajo se hicieron cargo mis empleados, Matty y Luis.
No me animé a ir al médico, cuando pensaba en lo que me estaba pasando tenía miedo pero algo dentro mío, mis entrañas me decían que tenía que pasarlo sólo, conmigo mismo, que nadie podría ayudarme.
Fueron en total 7 días completos en los que viví en una bruma y sufrimiento y como si se tratara de magia al octavo día desperté al amanecer como si nada.
Aunque mi casa era un desastre.
Me sentí muy diferente.
Ya no estaba solo.
No en mi casa, sino en mi.
Yo ya no soy yo sólo, somos dos, yo y mi lobo. O no sé si es mi lobo, más bien es como si yo soy yo y también un lobo. Es muy muuuuy difícil de explicar.
Espero que esto ayude a que si te está pasando lo mismo que a mi, puedas tener mis vivencias como antecedentes, porque yo hasta ahora no tengo a nadie, para sacarme dudas, hacer preguntas o que me enseñen a controlarlo.