Luna 5 —Anabis, ¿Puedes bajar ya, por favor?- odiaba suplicar, lo odiaba infinitamente—No te ves gorda, no debes de cambiarte. Me equivoqué —No!!!—Un grito inundó el lugar y lo asustó, así que corrió dentro de la cueva esquivando la cascada, era la segunda vez que estaba ahí, en su lugar íntimo, y luego de lo sucedido la noche anterior, necesitaba estar mas alerta que nunca sobre la distancia que tenía que mantener con ella. El estar solo ahí a su lado, no se lo facilitaba para nada. 30 minutos antes, Anabis bajó vestida con un short de jean y una camiseta ajustada, unas zapatillas deportivas y se sentía sencilla y linda con su coleta, lista para ir a reunirse con la gente del pueblo. Pero no, como siempre Anael debía de hacer uno de sus comentarios fuera de lugar y la hizo sentir que t