Escuchábamos de todo, desde gruñidos y golpes a gritos y órdenes. Hace más de media hora que intentan entrar en el departamento, han roto vidrios y ventanas pero Merth y Kaia los destruyen apenas asoman la cabeza dentro de la casa.
He subido a mi habitación, tengo lista una mochila con lo necesario para poder huir, me cambié de ropa y calzado, unos jeans, remera y zapatillas; los más cómodo para correr por mi vida si llegase a ser necesario.
Observo el espejo nuevamente, el reflejo me muestra a mi misma pero en ropa interior y frunzo seño, me escudriño bien, mi reflejo sólo se voltea y me enseña las cicatrices apuntando con su dedo índice.
—No entiendo— le digo frustrada.
Para cuando termino de hablar ya no hay nada en el espejo, Kaia se encuentra viéndome confundido y no dice palabra
