No hay sonido alguno, el silencio es tan rotundo que de cierta manera manera me aterra y perturba, abro los ojos y me encuentro en un espacio totalmente blanco, no hay nada ni nadie, me mantengo tendida en el aire, flotando y siento como mi cabello se mueve de arriba a abajo. Volteo con cuidado, frente a mí hay un niño rubio de hermosos ojos claros, uno verde y otro azul; juega con mi cabello tranquilamente, se detiene y centra su atención en mí regalandome una bonita y encantadora sonrisa. —Hola, ya despertaste— sonríe inocente. Me incorporo, aún no comprendo dónde estoy ni qué ha pasado o cómo es que levito en esta dimensión extraña. —¿Quién eres?— pregunto viéndolo. —Me llamo Kaiael, ¿Tú?— pregunta tranquilo. —¿Qué? No puede ser, no... Tú no puedes ser un niño— me alejo un poco—Yo
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books