Finalmente encontré una forma bonita de decirles a los chicos que serían hermanos mayores de mis bebés, solo necesitaba terminar de trabajar, luego iría por la sorpresa y a casa. Estaba en la oficina de Luthor's Enterprises y parecía que de ahí jamás saldría.
¿Cómo hacía Adam?
La secretaria ingresó alterada y me miró bastante nerviosa.
—Hola, ¿pasa algo?
—Jane, es urgente que vayas al colegio. — Salí rápidamente del lugar, era indudable que algo había sucedido, solo esperaba que los niños estuviesen a salvo, pero las presas en Mainvillage eran terribles, era egoísta pensar que las calles debían ser de los ricos.
Unos años atrás —al menos cuando iba al colegio— así era. Por qué justo hoy más de la mitad de la población tenía una auto? ¿Por qué eran completamente accesibles y habían dos niños chocando contra todos o al menos eso era lo que creía?
Finalmente al llegar me bajé del automóvil y fui directo al área de la dirección, me pasaron a la oficina de la directora rápidamente y la mujer que discutía con la madre biológica de mis hijos llevó una de sus manos a su frente.
—Buenas tardes, vine por mis hijos. —Todos me miraron con seriedad. —Bien, los hijos de mi esposo Karl y Kyle Luthor.
—Jane, ellos han perdido a nuestros hijos. Y como tú tienes la mayor parte de la custodia quiero que grites por una demanda.—Soltó Daniell, y miré a la directora aún más alarmada.
—¡Quiero a mis dos gemelos sanos o todos los puntos que les han quitado, los castigos interpuestos y las llamadas que me han hecho serán utilizadas para demostrar el acoso hacia mis hijos!—Grité y fui secundada por Daniell, quien amablemente le dijo sus verdades a la directora con respecto a su centro mal dirigido, porque en cualquier parte del mundo el que dos alumnos desaparezcan bajo tu tutela no te deja como un mejor profesional o ser humano.
Todo Maivillage sabía por lo que estábamos pasando, estábamos en todos los periódicos y la única obligación real de es apoyar a esos niños los cuales no habían presentado un comportamiento tan negativo y rebelde hasta que perdieron a su padre, estoy segura de que hacen todos esos problemas para llamar la atención de Adam y obtener un poco de cariño por parte de su madre.
—Los tres hermanos menores Luthor tienen un problema serio de conducta y cuando crecen de drogas y mujeres.
—¿Tiene como demostrarlo?— Gritó Daniell completamente fuera de sí, jamás pensé que le importaran tanto aquellos pequeñas hasta ahora.—¿Usted quiere acusar a mis hijos así? Démelo por escrito Devora.
—Tus hijos tienen doble riesgo Daniell. — dijo la mujer quien se puso en pie y se acercó a la rubia. — "la fácil del colegio" si no hubiese sido por Adam... —La mujer soltó dos golpes en las mejillas de la mujer, el sonido retumbó con fuerza y la ira se extendió por completo en la oficina.
Daniell me hizo una seña y a grandes pasos salimos de aquel colegio con dirección a mi casa, los niños estaba sentados en el salón en espera de alguna respuesta con respecto al paradero de sus hermanos, les preguntamos a todos en dónde podían estar y ninguno supo qué responder.
Lo único que teníamos como pista era que los gemelos adoraban los lugares áridos, a su padre, sus hermanos y los insectos, pero habían cambiado en el último mes más de lo que habían logrado Daniell y Luthor pagándoles a terapistas, aquellos niños estaban por cumplir once en unas semanas y realmente ninguna de sus madres podían siquiera imaginar lo que pasaba dentro de sus perturbadas cabezas.
Informamos a las autoridades y pedimos la mayor discreción, sabíamos que de saberse eso nos acusarían a nosotras como madres irresponsables y a Luthor con nosotras, lo peor era que irían a una casa de acogida al igual que Drake quien no posee madre y Adam es su tutor legal universal.
Tomamos un café en la cafetería o al menos intenté hacerlo, cuando mis hijos lo detectaron me enviaron a vomitarlo, después de enjuagarme y perfumarme volví a la mesa con la rubia, la cual me esperaba con una limonada con hierba buena, bebí un sorbo y me sentí un poco mejor.
—Tranquila, se pasarán... — dijo y alcé una ceja.
—Es horrible.
—Es el síndrome Luthor en tu interior. —Dijo y asentí.
—Son gemelos—Ella río.
—¡Somos las afortunadas!— Dijo con un deje de ironía. — Adam adora a sus hijos, lucha porque estén mejor. Me ha enviado esto para ustedes.
—¿Habla contigo?
—No, pero llegó una caja en la noche con el mensaje para mí.
—¿Puedes decirle que estoy embarazada? y que necesito que vuelva. —Ella negó con la cabeza y tomó mi mano.
Sabía que Adam se lo había dado a ella porque era la única que no haría preguntas, pero me dolía saber que no era yo a la esposa a la que elegiría en un problema, mientras que en todo momento él siempre había sido mi opción.
Abrí el sobre y leí la carta.
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Una dirección venía anexa.
Daniell se acercó al policía quien le dijo que no tenía noticias con respecto a los niños en ningún lugar y propuse que nos fuéramos a casa, podían regresar en algún momento. La mujer insistió en que debía ir a mi casa pero a descansar, con el embarazo me sería más agotador todo y lo mejor era descansar, le dije que iría a revisar a los niños pero en cuanto supiera algo me llamara.
La casa estaba silenciosa, los niños estaban llamando a los amigos de sus hermanos y los conocidos, yo me senté en el sillón y pedí que despejaran la línea.
—Disculpe la molestia señor White, pero he perdido a uno de mis hijos y necesito de su ayuda o la de su esposa sin un escándalo. —Al finalizar la llamada mi padre colgó. —Realmente necesito ayuda papá porque no sé puede con tanto y yo... No sé que hacer sin ellos.
Me acomodé en el sillón a llorar era lo único que quería lo único que mis hormonas me dejaban hacer. Drake me dio un jugo de arándanos, movió la caja al ritmo de la canción que ponían en el anuncio y sonreí, limpié mis lágrimas y tomé la caja y miré la cajita con detenimiento mientas la abría; había una imagen de un señor mayor y sus nietos.
Recordé que Zack, Karl y Kyle habían peleado durante la cena de la empresa por sentarse al lado de su abuelo, al final Allan sentó a los gemelos a su izquierda y a Zack a la derecha.
—¿En dónde vive su abuelo? —pregunté y todos me miraron raro.
—Vive a dos horas de acá en tren, está en un refugio... Le dan lo que ocupa y vive en una cabaña. —Respondió Drake. —Fui con papá a visitarle un año atrás.
—Llama a Daniell. Yo voy por un abrigo. Y algo para los niños.
Era la única persona adulta que no llamaría porque probablemente estaba demasiado borracho como para decirlo. Salí de mi casa y me encontré con el auto de mi madre quien me miró preocupada me acerqué y le comenté lo que estaba pasando ella me dijo que me llevaría.
Daniell, mi madre yo dentro de un auto no estaba para nada cómoda y me sentía bastante débil, me costaba incluso respirar, pero no podía seguir con la incertidumbre de saber si ellos estaban bien, ni siquiera alcanzaron a tomar la merienda en el colegio y si tenían hambre, frío o sueño si él les maltrataba qué pasaría con aquellos pequeños si alguien les separaba.
Ingresamos al club y le pedí a mi madre que no se baja a Allan Luthor su presencia le enloquecería y me traería más dificultades a mí. Amablemente me obedeció y ambas s fuimos a recepción dónde nos dijeron que ya habían llamado a la policía para que vinieran por ellos.
Los niños se habían ofrecido ayudar en el lugar para que no les cobraran más dinero y poder estar cerca de su abuelo, quien en aquel justo momento les acariciaba la espalda para que se durmieran.
—Daniell Caine y Jane White. —dijo el hombre y besó las cabezas de sus nietos. —Chicos sus madres han venido por ustedes.
—¡Kyle en qué pensabas y tú Karl! —gritó Daniell en cuanto los niños se pusieron en pie.
Yo simplemente me acerqué a ellos y le abracé, los niños me rodearon rápidamente con sus brazos y se soltaron a llorar les acaricié con ternura y mientras lloraban con fuerza.Nos sentamos a comer y a beber jugo mientras me contaban lo que había ocurrido a lo largo de su día y cómo habían llegado a laconclusión de irse de casa.
Y es que al parecer la ausencia de su padre no significaba solamente dolor sino miedo, tristeza, soledad más de la mitad de sus vidas había desaparecido y no había nadie en casa que se preocupase por atacar plagas, sus profesores les veía con la clásica lástima fingida, pero la directora les reprochaba cualquier tipo de rebeldía con más dureza que los demás, habían dos niños nacidos el mismo día pero sentían la misma infelicidad y el mismo frío.
Esa fue la primer a noche que dejé que alguno de los hijos Luthor ingresaran a dormir en mi habitación el lugar en el cual aún quedaba un poco de su olor y su calor.
Llegamos a casa y los hermanos mayores retaron a los más pequeños, todos se gritaban e insultaban como si no hubiese un mañana, me dieron tiempo de subir y bajar mi sorpresa para todos. Saqué una caja de con pastelillos y los hice sentarse en el sofá grande.
Todos tomaron uno y dieron un mordisco, dentro habían artículos femeninos, cinco, uno para cada uno de los presentes: un cepillo de cabello que encontró Kyle, perfumes, Patrick fue el afortunado, el moño rozado Karl, flores que le salieron a Drake, corazones que fueron de Adrian, dentro de cada uno de los objetos se podía encontrar una palabra y junto decía:
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—¿Tú tendrás un bebé? —me miró Kyle extrañado.
—Sí, tendremos gemelas.
Los mayores comenzaron a molestar a los gemelos y les regañé.
—Ustedes siempre van a ser distintos y muy amados. ¿Creen que dejaré que mis hijas jueguen con insectos o que salgan vivas de escaparse? — Todos rieron y negaron con la cabeza, me acerqué a los celosos niños y les si un beso y un abrazo.—Los amo. — Dije mirando a los otros Luthor también. — Pero si algunos me vuelve a hacer los voy a castigar y a matar. —Repartí un beso en las mejillas de los chicos y me dirigí a descansar en mi habitación. —Adrian, ¿me puedes pasar un informe? y Patrick iré a ver tus innovaciones.
—Es mejor que hoy y mañana descanses, tal vez sea lo mejor para mis hermanas. —Dijo Adrian antes de dirigirse hacia la salida.
Días después
Pasamos un rato familiar en el jardín sin ningún problema, todos comieron carne con papas, pero las náuseas me atacaron y prometí ir al médico temprano en la mañana no era normal sentirse así de mal y débil, además mi vientre había crecido de manera exagerada desde que se lo dije a los niños.