Narrado por Teresa Cuando escuche a este hombre decir que había sido el mismo que compro mi virginidad la noche de ayer, mi mente se quedó en blanco por un instante, mientras continuaba procesando las palabras que había dicho. Cuando él me dijo esto, había podido recordar que había sido él, la persona que ofreció los 300.000 dólares por mí, ganando la subasta contra el quincuagenario o sexagenario que había tratado de comprarme. Logre recuperar mi mente unos instantes después, y solo puedo pensar en una cosa… ¿Qué hace este hombre aquí? Es más… ¿Cómo sabe mi nombre? Nunca se lo había dicho, ¿Cómo lo sabe? —Sienna¿Estas bien? Parece que viste un fantasma —me pregunto este joven mientras sonríe. Ahora que recuerdo, dijo que se llamaba Beckett, Beckett Linderton, tengo que recordarlo.