Capítulo 1

1108 Words
Narrado por Sienna —Ponte de rodillas y sírveme. Escuche como el hombre que recién entro a la habitación hablaba en tono de mando, sentado en el ornamentado y confortable sofá de cuero del salón, con una voz baja que denotaba su incomodidad, aun así, daba a todo su ser un encanto mortal. «Quizás... Quizás... Esto... Esto no es tan malo como pensaba» pensé mientras me acercaba y me arrodillaba lentamente. Desabroche torpemente sus pantalones, los baje junto a sus calzoncillos, sin embargo, no esperaba que su polla saltara como un resorte y casi me pegaba en la cara de lo grande que era. Esa enorme cosa me apuntaba, podía ver sus venas hinchadas alrededor, Acercándome a él con nerviosismo y temor, saqué mi lengua y lamia su glande, esto era algo que no me agradaba hacer realmente, sin embargo, me sentía obligada. Fui recorriendo con mi lengua antes de introducirlo en mi boca, necesitaba adaptarme a su sabor, subía y bajaba mi lengua, como si estuviera saboreando un helado. Con una mano sostenía su polla, esto para evitar que entrara totalmente en mi boca y con la otra masajeaba sus huevos, de alguna forma pude sentir como esto le gustaba, podía sentir la reacción de su m*****o. Dirigí su glande a mi boca, fui introduciendo poco a poco, sin embargo, era tan grande que no cabía en mi boca, quizás solo llegaba a la mitad. Empecé a succionarlo, hacia presión con mis labios y mi lengua se seguía moviendo, usaba mi mano para estimular más su polla, recorría todo su sexo de arriba hacia abajo, mi boca junto a mi mano se movía en armonía, podía sentir como su sexo palpitaba en mi mano, cada vez lo podía sentir más gruesa, Me fui acostumbrando a su sabor, de alguna forma sentía que su aroma me embriagaba y cada vez me hacía desearlo más, sin darme cuenta me alcanzaba más en mi boca, Escuchaba sus gemidos, bajo y sensual, esto me motivaba a seguir haciendo mi labor. Puso la mano en mi cabeza, tomó el control del acto, movía mi cabeza de arriba hacia abajo, con una mano me tomo del cabello y de esta forma controlaba mejor mis movimientos. Hizo que de alguna manera tragase todo su sexo, lo podía sentir hasta la garganta. Podía ver como él disfrutaba de esto, hasta que sentí como algo mas llenaba mi boca, bastante viscoso, pude sentir como algunos chorros fueron directo a mi garganta. A pesar de haber descargado en mi boca, este aún no se sentía satisfecho, ya que aún se movía dentro de mi boca, al parecer quería asegurarse que me tragara todo. Era la primera vez que lo hacía y, a pesar de mi estado de embriaguez, era muy consciente de que estaba practicando sexo oral a un hombre... Y fue a un completo desconocido. El desconocido que había comprado mi virginidad acabó corriéndose en mi boca, algunas gotas se salieron extendiéndose por mi cuello y mis pechos, estas eran de color blanco, él lo limpio e introdujo en mi boca. El hombre me bajó y sentó en su regazo, parecía bastante excitado, a pesar de haberse corrido recientemente, su polla seguía rígida. Me di cuenta de que quería decir algo. —No era mi intención, pero me has provocado, eres una experta en esto. —Dijo para luego besarme. Nuestras lenguas comenzaron a mezclarse, a él no le importó que hace poco había acabado en mi boca y aún tenía el sabor de su semen. Una de sus manos arrancó la camisa que apenas me cubría, luego su otra mano entró y ahuecó mi culo, tirando de mí para envolver mis piernas alrededor de él, una posición que me hizo ver claramente su enorme erección. Mi cuerpo ardía como lava volcánica y lo único que podía salvarlo era ese hombre que tenía delante... Mis pechos comenzaron a erizarse, mi sexo estaba húmedo, no podía evitarlo, lo deseaba en ese momento. Su lengua caliente y húmeda recorrió mi cuello, tomó el lóbulo de mi oreja, luego bajó para besar mi clavícula, la sensación de cosquilleo recorrió mi cuerpo con su lengua, llegando finalmente hasta mis pechos y se posó en mi pezón, lamiéndolo primero de manera lenta, notando el ligero temblor en mi cuerpo, para luego chupar con más fuerza como si lo estuviera amamantando, el extraño enroscó sus dedos alrededor del otro pezón, pellizcándome un poco, siendo al inicio doloroso, pero luego el dolor fue reemplazado por un ligero cosquilleo, acompañado de placer. Su mano siguió descendiendo, llegando hasta mi entrepierna, recorrió todo mi sexo hasta llegar a mi orificio, donde introdujo un dedo y este entro con facilidad, intuyendo que ya estaba lista. Apunto su polla hacia mi sexo, este se fue deslizando poco a poco hasta llegar a su objetivo, introdujo lentamente la punta, esa sensación era nueva para mí, había cierto dolor, pero a su vez podía sentir un ligero placer y sin esperarlo en un movimiento sentí como lo introducía en mí. No sabia si estaba todo, pero sentí que me había desgarro y pegue un grito de dolor. Mi cuerpo se tensó al instante, él se quedó quieto y sorprendido. — ¿Eres virgen? —Al parecer se percató que no había estado con ningún otro hombre y en su rostro podía ver cierta satisfacción. Los besos del hombre cayeron suavemente sobre mi cara, mi boca, mis orejas, mi clavícula, mi cuello, mi atención se desvió lentamente, y después de que el dolor inicial había pasado, sentí un nuevamente placer e incluso gemí sin poder evitarlo cuando empujó profundamente dentro de mí, besándolo suavemente por encima y empujando bruscamente por debajo. El dolor iba acompañado de un placer que aumentaba poco a poco, como un espectáculo de fuegos artificiales en mi mente, haciéndome sentir como un barco solitario en un mar de fuego... Sus movimientos cada vez eran más intensos, podía sentir como llenaba todo mi interior con su gran pene, en ocasiones podía sentir como sus huevos chocaban en mis nalgas. De alguna forma este hombre me había llevado hasta éxtasi. En ocasiones se pegaba a mis pechos, recibiendo doble placer, mi cuerpo únicamente deseaba que no se detuviera. Finalmente, pude sentir como su polla eyaculaba en mi coño, llenándome con su semen caliente, alcanzando un orgasmo. Cuando él se salió de mi pude ver ciertas manchas de sangre en su pene, le había entregado mi virginidad, aún podía sentir ciertos espasmos en mi interior. Mi cuerpo se sintió débil y termino perdiendo el conocimiento, Así que, naturalmente, no sabía que mi mejor amiga Aurora me estaba buscando ansiosamente...
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