CAPITULO 2.2 “UN DIA DE MUCHAS SORPRESAS”

1829 Words
(septiembre 11, 2017, Cd. de México) (Narrador) Cuando llegaron al parque, vieron la cancha de basquetbol a lo lejos y se dieron cuenta de que Marina estaba hablando con un joven mucho más alto que ella y de repente vieron que la conversación se trasformó en discusión. Los cuatro se detuvieron a unos metros de la cancha pues fue Héctor el que reconoció al joven con quien Marina discutía -No, otra vez no. -¿Que pasa? - inquirió Alejandro -Nada, solo que creo que cambiaremos la cancha de basquetbol por un ring de lucha.- contesto Daniel -¿A que se refieren? Ella no se peleara con ese, es mucho más alto que ella y es una mujer? -pregunto Omar -Pues sí, habrá una pelea, Mar nunca rehúye una y menos cuando se trata de Julio Padilla, un buscapleitos y abusivo que siempre anda con su pandilla y estos siempre se esconden antes de atacar y son muchos para enfrentarlos solo nosotros ocho, la última vez contamos quince- explico Héctor -Mira ahí están nuestros amigos.- señalo Daniel -¿Me estás diciendo que se va a pelear con un pandillero?- pregunto nuevamente Omar y apresuro el paso para llegar junto a Marina -Sí, pero ustedes dos quedan fuera, no los conocen y esos son muy traicioneros. -Contesto Héctor, tratando de alcanzarlo; más al decirlo se dio cuenta de que Julio intentaba golpear a su hermana, por lo que comenzó a correr para apoyarla. No había llegado junto a Marina cuando vio a Julio salir despedido por sobre la cabeza de Marina y en seguida se colocó a su lado; Alejandro al recordar que ella estaba lesionada miro a Omar, este solo dijo: -No, esto no es nuestro asunto. -Pero ella esta lesionada. - y dirigiéndose al centro de la cancha, Alejandro se dispuso para la pelea. Julio que se había levantado, se lanzaba contra Marina, por lo que Alejandro lo alcanzo y lo lanzo a un lado. Para luego ponerse a un lado de Marina, al igual que hicieron Héctor, Daniel y otros cinco chicos que no conocía. Al verlo Marina exclamo -Esto no es para ti, será mejor que te retires profesor, no saldrás bien librado y no quiero que me culpes por ello. -Esto lo decido yo, además tu estas lesionada o ya olvidaste tus costillas rotas, así no podrás pelear- -¿Y tenías que recordármelo en este momento que más necesito olvidarlo?- -Así que estas lastimada Pantera, pues ahora sí que vas a perder la batalla- se burló Julio poniéndose al frente de un grupo de jóvenes con muy mala pinta que salieron de entre los arboles del otro lado de la cancha. -Estos son mi palomilla, pequeña gata y que ¿me dirás que esos dos viejos son los novatos de la tuya?- señalo Julio, Omar se había unido al grupo y se colocó a un lado de Alejandro. -No, ellos quedan fuera de esto, te lo advierto, no te metas con ellos, además sabes bien que yo no tengo pandilla y que solo nos gusta practicar deportes; no cometer delitos como tú y tu grupo de ratas.- Marina se volvió contra Alejandro para ordenarle -Vete de aquí, ahora, esto no es tu problema y puedes salir lastimado. -No, esto parece divertido y es mi respuesta final -Pero que no entiendes que no me puedo responsabilizar de ti y de Omar, carajo, váyanse los dos.- grito Marina. -Me quedo. Mientras Marina y Alejandro discutían Julio se fue acercando a ellos acompañado de otro joven bastante alto, tanto como Julio. Marina al oír la respuesta de Alejandro se volvió hacia él y le dijo: -Mira, hoy no ha sido mi día, todo ha salido mal desde que salí de tu clase y no ha hecho más que empeorar, por lo que no es un buen momento para discutir. -No es mi culpa que te guste ir por ahí contando mentiras. -Yo no cuento mentiras y solo esto me faltaba, para colmar un mal día, así que discúlpate ahora mismo o me las pagaras, te lo prometo. -¿Que me disculpe ahora? -Sí, Ahora. Y como si se hubieran puesto de acuerdo, tanto Marina como Alejandro soltaron cada uno un golpe contra Julio y su compañero que se habían acercado lo suficiente como para lograr darles y así fue, pues Julio y su amigo fueron a dar al suelo, con lo que comenzó la verdadera pelea. Héctor y Daniel, no se quedaron atrás y junto con sus amigos comenzaron a repartir golpes, terminaron formando un circulo pequeño, el cual fue rodeado por Julio y sus amigos, un total de veinte pandilleros, contra diez. La pelea fue campal, todos cuidaban de todos, Alejandro recibió un fuerte golpe en el estómago, mientras trataba de quitarse a uno que en un descuido se le lanzo a la espalda, por lo que Omar lanzo un golpe contra él que había golpeado a su primo, recibiendo a su vez un golpe en la pierna con un garrote de otro oponente. Marina hizo uso de sus conocimientos en artes marciales y tomando uno de los garrotes que llevaban los pandilleros, se enfrentaba a seis a la vez y tanto sus dos hermanos como los cinco amigos con los que se reunirían se enfrentaban a los otros once oponentes, dado que Marina era instructora en el dojo había enseñado a sus hermanos algunas técnicas por lo que pronto se hicieron de garrotes y con ellos equilibraban la pelea, pues ya eran tres los que estaban armados. Un rato después, la pandilla de Julio se lo llevaba noqueado por un golpe dado por Marina, al igual que a tres pandilleros, los otros estaban lastimados pero al menos estaban consientes. Al dejar fuera de combate a Julio, Marina sabía que su pandilla, bajaría la guardia y se alejarían, lo que aprovecharon para retirarse al otro lado de la cancha y llegar hasta las bancas en el jardín frente a la fuente, en donde se lavaron y revisaron las heridas, los más lesionados eran Omar, a quien golpearon con un garrote en la cabeza, así como Adrián, Jorge y Osvaldo, estos tres eran los más jóvenes del grupo y Osvaldo era el más bajo de estatura de todos, los tres eran buenos deportistas y también buenos peleadores, cuando la ocasión lo necesitaba, por lo general no eran chicos de peleas callejeas pero se sabían defender; los gemelos Matías y Fernando salieron bien librados, dado que eran altos y fuertes. -Bueno, creo que el partido se canceló, por tercera vez en el mes, mala suerte- dijo Marina -Pues yo creo que si Mar, yo estoy cansado y de seguro mi madre me reñirá otra vez, ya sabes que no le gusta que pelee en la calle, aun cuando solo me defienda, así que nos vemos luego- se despidió Adrián -Pues yo digo lo mismo, a ver que dice mi madre- comento Osvaldo -Pues mi madre ya se acostumbró, pero el que gritara será mi padre, ya sabes cómo es- comento Jorge -Bueno, yo me voy a casa Mar, te llamo luego Daniel, y nos ponemos de acuerdo para otro partido- se despidió Osvaldo -nosotros también nos vamos, no creo que tengamos problemas, mama ya está acostumbrada a que siempre tengamos una bronca. -Está bien chicos y no se preocupen, si les dicen algo en sus casas digan que fue mi culpa la bronca de esta noche- les dijo Marina -esperare tu llamada Oso- dijo Daniel. Oso era el sobrenombre de Osvaldo, pues aunque era bajo de estatura, era fuerte y musculoso y por sus movimientos a sus amigos les recordaba a ese animal. Ya solos en la cancha los cinco se quedaron en silencio por un momento, más de repente fue roto por Héctor -Oye Mar, Que quiso decir Alejandro con eso de estas lastimada, no entiendo ¿que te paso? -Nada solo un pequeño accidente en el gimnasio, no te preocupes. -¿Que no es nada? es la segunda vez que dices que cinco costillas rotas no son nada, otra en tu lugar estaría ya acostada reposando y cumpliendo con las órdenes del médico.- le reprocho Alejandro. A solo un par de metros de la discusión Héctor y Daniel se soltaron a la carcajada al ver como Alejandro regañaba a su hermana y volviéndose a Omar le preguntaron -¿Quien crees que gane? -Yo no sé quién vaya a ganar, lo único que sé, es que desde hace una semana que se conocen y desde entonces no dejan de discutir estos dos, además yo estoy muy cansado y adolorido, por lo que me voy a casa, Alejandro ya está grandecito como para tenerme de chaperón y no creo que Marina se lo vaya a comer. Mientras discutía con Alejandro, Marina se dio cuenta de que algo estaba mal pues escuchaba la voz de Alejandro muy lejos y de repente se sintió mareada y cayó al suelo, Alejandro se apresuró a tratar de ayudarla, por lo que al dar un paso adelante para sostenerla; Marina termino en sus brazos, fue un movimiento involuntario y aun cuando rápidamente se separaron fue tarde pues, todos lo habían visto, por lo que tratando de reponerse le respondió a Omar mientras se acercaba lentamente pues aún se sentía débil, dándole un beso en la mejilla a Omar -No me lo voy a comer, pues podría causarme indigestión, querido amigo mío- lo que causo que Alejandro la mirara con seriedad y algo de extrañeza -bueno niños, vámonos a casa que ya es tarde y mañana todos tenemos escuela- dijo Marina abrazando a sus hermanos, por lo que los cinco comenzaron a caminar. Ya en casa Héctor y Daniel entraron y Marina se quedó a despedir a Omar y Alejandro. -Bueno espero que por lo menos lo hayan disfrutado, pues fue un día algo agitado. -Agitado y un poco violento- dijo Omar mientras se frotaba el hombro donde había recibido un fuerte golpe -Tienes razón Omar, pero fue interesante, ya que descubrimos que el carácter de Marina Romanov San Juan es muy volátil. - Lo descubriste tu primo, yo ya lo sabía. -¿Primo? ¿son primos? - pregunto con asombro Marina, mientras los veía y solo se rio, volviéndose para dirigirse a su casa y cuando traspaso la verja les dijo riendo. -Ya dejen de discutir o me harán enfadar y recuerden que mañana será otro día y todo volverá a la normalidad, tu Omar volverás a ser mi compañero de clase, serio y algo conservador y tu Alejandro volverás a ser el Profesor arrogante y sangrón que imparte una clase, pero no se les olvide que los estaré esperando en el gimnasio y ese es mi territorio, así que descansen y duerman bien. Y tras decir esto Marina cerró la puerta dejando a los dos hombres sin saber a qué se refería, por lo que tras unos segundos se volvieron y subiendo al auto se marcharon.
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