(octubre 31, 2017, Cd. de México) (Marina) Paso una hora y todos comenzaron a llegar y como no tenía ganas de cocinar pedimos pizzas para cenar algo, antes de salir rumbo a la fiesta. Los chicos estaban divertidos y los ayudamos con el maquillaje para que se vieran perfectos. A nosotras nos tomaría un poco más de tiempo, pero como no queríamos arruinar nuestros vestidos ni el maquillaje mientras comíamos la pizza y bromeábamos, solo nos habíamos bañado y medio arreglado ya solo nos faltaba ponernos los vestidos y terminar de maquillarnos. Cuando Aytana nos avisó de que la limusina estaba esperándonos, salimos de mi habitación y dios las caras de ellos eran un poema, de la sorpresa que se llevaron, a pesar de saber de qué iríamos disfrazadas, no se habían imaginado como nos veríamos,