Durante toda la noche estuve sentada sobre Peter. Mi emoción era notoria, realmente no podía dejar de sonreír. Nos fuimos a dormir, nos acurrucamos la noche entera y dormimos bajo la misma sábana. Al día siguiente, cuando desperté, Peter ya estaba en el baño. Silenciosamente entré y me arrojé sobre sus piernas. Mientras lo besaba, el agua caía sobre nosotros. Le susurré al oído que podíamos hacer travesuras antes de irnos a la oficina. Hicimos el amor bajo la ducha, la cascada de agua uniéndose a nuestros cuerpos. Una vez más, éramos uno. Llegamos en horario normal a la oficina. Teníamos muchos pendientes y prácticamente no nos vimos en toda la mañana. Peter salía mientras yo resolvía conflictos de papeles en la oficina. Al mediodía, recibí una llamada de Peter. Me pedía que nos encontr