[DANE] (Al día siguiente) No hago más que abrir mis ojos y encontrarme con su mirada azul mirándome, se ve hermosa abrazada a la almohada y con su cabello desordenado víctima de no haberlo peinado cuando estaba mojado —Buenos días— digo rompiendo el silencio que se ha apoderado de esta habitación. Sonríe, se acerca un poco más a mí y roza mi pierna con su pie —Buenos días— responde y por algún motivo reímos nerviosos —eres peculiar a la hora de dormir— dice y sus palabras me llaman la atención, «¿a qué se referirá?» —¿Te explicas? — le pido y sonríe. —A diferencia de la mayoría de los hombres, no duermes como si estuvieras solo en la cama, respetas los espacios, no me robas la sabana y, sobre todo, no me pateas. — explica haciéndome reír. —¿O sea que es ameno dormir conmigo? — cu