Capítulo 3

2002 Words
[DANE] Cuando me preste para todo este engaño pensaba que seria tan solo una noche haciéndole un favor a la mujer que, salvo la vida de mi padre, devolución de cortesías por llamarlo de algún modo, pero jamás imagine que me vería envuelto en esta situación. Acabo de presenciar como mi exnovia, la mujer con la imagine casarme y tener hijos se caso con otro. Lo peor de todo es que yo conocía de su existencia, lo que desconocía era su nombre y su aspecto, después de todo ella simplemente me dijo “Dane, conocí a alguien y me enamore, además él me puede dar todo lo que tú no, lo siento mucho.” En aquel instante imagine que era solo una manera de presionarme para que realmente comenzara a tener un poco mas de ambición, pero jamás pensé que llegaría a esto y ahora, tal y como ha dicho Keira, lo único que quiero es demostrarle lo que se perdió conmigo —Dane, ¿me escuchas? — siento la voz de Keira y de repente su mano se pasa frente a mis ojos. —Perdón, ¿Qué decías? —  pregunto intentando regresar a la realidad. —¿Si sabes bailar? — cuestiona y sonrió triunfal. —Si y muy bien. — respondo seguro de mis palabras y ahora es ella quien me sonríe. —Perfecto. — comenta y me toma de la mano sorprendiéndome un poco —esta noche tu y yo nos robaremos las miradas de todos ¿de acuerdo? — me propone y la observo un poco confundido, la verdad es que su seguridad por momentos, me deja en jaque. —¿Por qué quieres ser el centro de atención? ¿Acaso no se supone que solo debemos hacer que ellos se arrepientan de habernos dejado ir? — le pregunto bajo su atenta mirada color mar que es realmente cautivante. Asiente con su cabeza provocando que su cabello se mueva a la par y sonríe para luego sacar su celular del bolso. Ella abre la cámara frontal del celular y se acerca a mi haciendo que me agache un poco para quedar a su altura —Dane, míranos… nos vemos bien juntos y si a eso le hacemos creer que tenemos una química increíble, te aseguro que morirán de celos. — explica y sonrió levemente. —Hay que ser demasiado imbécil para dejar escapar una mujer como tú. — digo y apenas esas palabras salen de mi boca, me arrepiento. —¿Acaso no piensas que tu ex es lo suficientemente deslumbrante como para robarme a mi ex prometido? — me pregunta girándose para quedar frente a frente conmigo. Sonrió ante su comentario —es bella, no lo niego, pero ¿qué pudo verle él a una mujer de un mundo tan diferente al suyo cuando tú eres el tipo de mujer que alguien como él necesita? — respondo con una pregunta y sonríe. —Quizás no soy tan buena en la cama como ella — responde sin reparos y debo intentar mantener la compostura —dímelo tú, ¿Qué tan buena es en la cama? Dime a quien me enfrento— me pide haciéndome reír de manera nerviosa. —No sé a qué llames tu ser buena o no en la cama, pero creo que lo mejor será entrar, ¿no crees? — propongo y hace un simple gesto como diciendo “lo que tú digas.” —Vamos— sentencia y vuelve a tomarme de la mano para que a la par vayamos hacia el elegante hotel donde en uno de sus salones se llevara a cabo la celebración de esta unión a la que yo me hubiera opuesto de saber qué ocurriría. Camareros, invitados muy elegantes y una decoración digna de una de esas fotos de bodas que aparecen en las revistas. Cada detalle pareciera haber sido contemplado con detenimiento y mi curiosidad, me gana —dime por favor que la fiesta no tiene las cosas que tu elegiste para tu boda— murmuro y voltea a mirarme de una manera que me deja saber su respuesta —no lo puedo creer…— comento indignado. No puedo comprender como ella está aquí de pie comportándose de una manera tan digna cuando su ex prometido le hizo una cosa así —fue mucho dinero el que habíamos gastado— explica. —Es un hijo de puta y poco hombre— digo lleno de rabia y ella me calla llevando su mano sobre mi boca. —Lo sé, pero no lo digas tan alto que nos escucharán y se darán cuenta de todo, ¿sí? — me pide sin apartar su mano de mi boca y asiento. —Lo siento— digo bajito y me destapa la boca para volverme a tomar de la mano y que sigamos caminando hasta encontrar su nombre en la lista de invitados —¿te invito a su boda? — pregunto sorprendido. —¿Creías que vine sin invitación? — me pregunta mientras mira el diagrama de las mesas hasta encontrar la numero nueve y luego me hace seguirla. —Creía que te la habías rebuscado para venir… no que ese imbécil tuvo el descaro de invitarte—  explico y por alguna razón ella ríe. —¿Cómo crees? Él es tan cruel que es capaz de enviarme un video mientras esta en la cama con ella — sentencia y no comprendo cómo estuvo con él.  Una vez que encontramos la mesa número nueve, aparto la silla que está en el puesto con su nombre y yo me siento en la de al lado que esta designada para su acompañanta —¿Cómo has podido estar tres años con él? — me atrevo a preguntar. Ella sonríe, bebe un sorbo de agua de la copa que está en la mesa y vuelve a dejarla en su lugar —los seres humanos solemos cegarnos cuando estamos enamorados y eso fue justamente lo que me ocurrió a mí. No me di cuenta de quién era Mauricio Rinaldi de verdad hasta que rompimos y con los días comencé a ver todos sus defectos y lo cabron que puede ser cuando se lo propone. No sé muy bien si es igual con ella o no, pero lo que, si te puedo asegurar, es que se va a arrepentir toda su vida de haberme tratado como lo hizo, y mucho mas de haberme engañado. — dice con toda la seguridad del mundo y en este momento comprendo que a Keira Olavarria la prefiero como mi amiga a que sea mi enemiga. —Eres peligrosa — murmuro para que los otros invitados que comienzan a sentarse a nuestro alrededor no nos escuchen y ella sonríe. —Soy fría y calculadora cuando necesito serlo y esta ocasión lo amerita— Se defiende y no puedo evitar inclinarme un poco hacia ella —intentare tenerte siempre como cómplice y amiga para no convertirme en tu victima— le digo y ella sonríe de un modo que podría hacerle perder la razón a cualquiera. —Mejor— sentencia y cuando nuestra mesa se termina de llenar con los otros invitados, ella se aleja un poco, se pone de pie y comienza a presentarse con cada uno de ellos como la mujer de alta sociedad que es y yo no puedo más que seguirle la corriente y presentarme también con ellos usando el titulo de “novio” que nos hemos inventado esta noche y que no se por cuanto tiempo tendremos que adoptar. Los minutos transcurren entre una conversación y otra con el resto de los invitados hasta que de pronto, el maestro de ceremonia pide nuestra atención para que un poco después los flamantes nuevos esposos hagan su entrada al salón bajo el sonido ensordecedor de los invitados que ignoran que, para llegar a esto, ellos han lastimado a dos personas que los querían sin condiciones. Keira me toma por sorpresa cuando se abraza a mi brazo y apoya su rostro sobre mi hombro, supongo que lo hace para disimular o tal vez simplemente para que no se note que sus ojos están llenos de lagrimas que son de rabia y no de tristeza por haber perdido a ese imbécil. Por mi parte la rodeo con mi otro brazo haciendo que se suelte del otro y así hacer que este abrazo parezca aun mas legitimo de lo que era hasta ahora.  —¿Te encuentras bien? — me atrevo a preguntarle en un susurro mientras que ahora Salma y Mauricio se ubican en el centro de la pista de baile y comienzan a moverse al ritmo de “the way you look tonight” de Rod Stewart. —Si te digo que sí, te estaría mintiéndote… tengo mucha rabia— me confiesa y claro que la entiendo, por dentro siento que me hierbe la sangre —¿te das cuenta de que esta era mi boda? — me pregunta y al bajar mi mirada noto como una lagrima se desliza por su mejilla haciendo que sienta que se me estruja el corazón de verla así,  «¿Cómo es posible que un hombre pueda ser capaz de lastimar a una mujer de esta manera?» —Ven, salgamos un momento— le pido y la tomo de la mano para que disimuladamente salgamos del salón mientras que la mirada de todos se concentra en ellos dos. Una vez que estamos en un rincón del lobby tomo su rostro delicadamente haciendo que ella me mire —no dejes que él te ponga así, no merece ni una sola lagrima tuya— —Al parecer no soy tan fuerte como creía— se queja secando sus lagrimas y sonrió. —Que llores no significa que eres mas fuerte o mas débil, significa que hay cosas que te duelen y eso esta bien, a mí también me duele. — explico bajo su mirada azul que pareciera ser un reflejo de todo lo que ocurre dentro de ella. —Se supone que te ayudaría a dejar de ser un looser— dice con un rastro de humor y rio. —Y aun puedes hacerlo, creo que ya has hecho catarsis y que lo que acabas de ver solo te ha hecho dar un paso hacia atrás, pero solamente para tomar impulso, no para acobardarte de nada — aliento y una tímida sonrisa se dibuja en sus labios. —Deberías ser coach motivacional, eres bueno— bromea y ríe contagiándome. —Lo pensare, creo que si superamos eso o si conseguimos nuestro cometido podríamos escribir un libro juntos, ¿no? — le propongo a modo de broma, aunque honestamente la idea no es tan alocada como suena. —No esta mal, pero vamos, hoy tenemos otra meta y debemos cumplirla— dice ya mas fuerte como lo estaba hasta hace unos momentos y se que la mujer segura que me recibió hace horas en la puerta de aquella habitación de hotel ha regresado. —Vamos señorita Olavarria— digo ofreciéndole mi brazo. —Vamos Dane— responde y me mira —¿Por qué Dane? — pregunta de la nada y rio ante su cambio tan brusco de tema. —Se que es extraño, en realidad el nombre es de origen hebreo y lo usan mucho en Dinamarca, significa Dios Juzgara, y aunque no lo creas, eres una de las pocas personas que lo pronuncia correctamente desde el principio. — explico y rie. —Dane… puedes decirles que de pronuncia “dein” — bromea. —Algo así hago, pero ya sabes…es complicado— —Me imagino, pero si me preguntas, el nombre te queda perfectamente— me dice y sonrió mientras abro la puerta del salón para que volvamos a entrar. —Muchas gracias, a ti también te queda el nombre Keira— respondo y ríe levemente. —Gracias, supongo que nuestros padres nos han puesto nombres con mucha personalidad— comenta y en eso tiene mucha razón. —Definitivamente, así que, debemos hacer que la personalidad que tienen nuestros nombres se vea reflejada en nuestra manera de actuar esta noche. Tu debes decirme como actuar para no parecer un looser como dices tú y yo te diré un par de cosas que pueden hacer que tu ex prometido sienta que dejo ir a la mujer de su vida, si hay algo que conozco son las inseguridades de Salma y como hacer que ella pueda ponerse celosa y llegar a ser un poco insoportable. — confieso y me mira con una sonrisa tatuada en su rostro. —Eso suena muy interesante— dice animada. —Lo es, asique ahora sigamos con este paripé que es solo el inicio de lo que les espera a estos dos— sentencio y volvemos a tomar nuestros lugares en la mesa fingiendo ser la pareja mas enamorada de este mundo. 
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