CAPÍTULO 10 Tras aquella larga y amarga argumentación, Debby permaneció sentada sobre la piedra. Se había quedado con las emociones de la gente a su alrededor como una esponja seca chupando agua. La ansiedad y miedo seguían en ella, bien mezcladas con la indecisión de no conocer donde ir o que hacer. Debby temblaba ligeramente pero no reaccionó físicamente de ninguna manera. Mentalmente, se sentía mareada. El debate terminó con cierto rencor entre la gente de la comunidad, así como contra los de la ciudad. Evan Carpinton y un grupo de personas partieron dirección a la ciudad, disgustados con sus compañeros los cuales sentían necesario quedarse en el campamento y esperar como terminaba todo. Evan dijo que sentía un poco de simpatía por aquellos que temían levantarse y luchar por sus conv