Travesuras de una hermana menor

Prologo Bueno… ¿Por dónde empiezo? Mi nombre es Alisson o bueno todos me dicen Aliz, acabo de cumplir 18 años y   de regalo me acaban de confesar que soy adoptada, que mis verdaderos padres murieron en un accidente cuando era una bebe, además de  que por ese accidente soy estéril. Vaya regalito… Eso ha cambiado mi forma de ver mi vida en la familia, aunque ellos intentan que eso no pase y justo cuando intentaba cambiar mi vida, ósea quería un cambio pero no uno tan grande ni tampoco uno en mi familia. Ahora solo me quedan 2 opciones, fingir que nada paso y posponer mis cambios para que creen que todo seguirá igual para siempre. O hacer un par de travesuras… Jeje… Capítulo 1 ¿Cambio o Travesura? La primera travesura se me ocurrió un día Jaja y que día… Estaba en casa con mi hermano, yo estaba en mi habitación y el en la suya. Casi no hablamos aunque nos llevamos bien, cuando me quedo sola en casa con él es como quedarme completamente sola porque casi nunca hacemos algo juntos. En fin… Estaba en mi habitación acostada, con un suéter solo un suéter y mientras mis piernas descansaban desnudas en mi cama yo veía eeehhh… Veía videos sobre… Reproducción humana… Bueno veía porno. Y si las mujeres también tenemos derecho a verlo. Mientras me divertía entre video y video me encontré uno con un título que me sorprendió al verlo. “Me follo a mi hermana” Lo se… Lo se… Lo más seguro es que fuera solo una actuación o solo un título, pero eran otros tiempos yo era más virgen y más ingenua en ese momento así que me lo creí… Y no solo me lo creí, lo disfrute… ¡Fue increíble! Fue como una revelación que invadía cada espacio de mi mente, hasta ese momento solo era una chica tímida he inocente que intentaba cambiar pero ahora era una aventurera que estaba dispuesta a todo para experimentar cosas nuevas. Y lo primero que quería experimentar era el sexo. Pero tenía un problema era muy tímida, bueno tenía dos problemas nunca lo había hecho, bueno tenía muchos problemas porque no sabía por dónde empezar. Muchas ideas empezaron a contaminar mi mente. -- Primero tengo que intentar seducirlo… -- No, no creo que eso se pueda. -- Primero tengo que aprender a seducir… -- Bueno eso estará muy difícil porque no tengo amigas. -- Entonces… Primero necesito conseguir una amiga que me enseñe a seducir hombres para seducir a mi hermano. -- Ok… Es oficial ya me volví loca… Y si desde ese momento perdí la cabeza… Deje de pensar si algo estaba bien o mal y empecé a pensar en si me gustaría vivirlo o no, así que esas eran mis metas a corto o largo plazo. Bueno… ¿Por dónde empezar? Primero hice lo que toda persona solitaria hace cuando tiene problemas, buscar consejos en internet porque no conozco a nadie con el que quiera hablar algo así. Después de muchas horas buscando y escribiendo tonterías en una hoja de papel me di cuenta que la forma más rápida o fácil de seducir a un hombre es usar poca ropa así que por alguna razón que nunca entenderé decidir ir a la universidad sin ropa interior. Intento 1: Lo hice… Ahora que lo pienso fue tonto, ósea me veía normal por fuera pero por dentro no tenía ropa interior. Pase un día en la universidad normal hasta que note como un grupo de 3 chicos susurraban y me veían, solo entendí pezones, mire hacia abajo, si en mis pechos se notaban claramente mis pezones asomándose como dos pequeñas montañas. No sé muy bien cómo explicar lo que sentí. Una mezcla entre vergüenza, excitación y emoción… Solo sé que mire a esos 3 chicos y sonreí saludándolos a lo lejos, ellos solo se limitaron sorprenderse y saludar. En ese momento lo supe esas eran mis primeras víctimas… Jejeje… Volví a mi casa para pensar en algo más, no sentía que hubiera sido un buen intento, podía hacerlo mejor. Todo estaba en silencio así que me quite la ropa me di una ducha y me puse mi ropa interior más pequeñita me sentía traviesa, inicie mi búsqueda de nuevas ideas mientras me acostaba en mi cama para pensar. Después de navegar en las desconocidas aguas del internet di con la idea perfecta. Pero antes de que pudiera empezar a buscar los ingredientes correctos para mi locura la puerta de mi habitación se abrió y al voltearme a ver solo vi la cara de mi hermano, yo seguía casi desnuda. Todo quedo en silencio por unos segundos. El solo cerró la puerta y después de cerrarla con fuerza se fue sin decir nada. En ese momento vi que esa era mi mejor oportunidad así que salí de mi habitación  con la poca ropa que traía y camine hasta la habitación de mi hermano, admito que iba decidida pero justo antes de abrir la puerta me congele de miedo. Me tome unos segundos para respirar y abrí la puerta rápidamente para no arrepentirme. -- ¿Qué paso? ¿Necesitabas algo? Intente sonreír de forma seductora pero seguramente termine haciendo una sonrisa un poco nerviosa o rara. El me miro sorprendido mientras miraba de arriba abajo todo mi cuerpo. -- No… No… No era nada. El intento dejar de mirarme para centrarse en su teléfono pero yo tenía que aprovechar la oportunidad. -- ¿Seguro? -- Sí. No es nada. Cerré la puerta lentamente y regrese a mi habitación considerándolo una victoria. Él es 2 años mayor que yo, ahora que sabemos que no somos realmente hermanos no sé muy bien si siguen viéndome como su hermana o no. En fin eso ya no es importante Jeje… -- Bueno… ¿En que estaba antes de esa afortunada interrupción? -- ¡Ah! ¡Sí! El segundo intento… Me había decidido por usar una falda corta sin nada abajo que me defienda Jeje… Busque entre mis cosas sabía que tenía un par aunque tenía mucho tiempo sin usarlas, normalmente voy a todas partes usando solo unos jeans. Después de buscar entre mis cosas las encontré, me las probé y si… ¡Eran demasiado pequeñas! Tenía un par de años sin usarlas…. Aunque… Quizás… Y solo quizás… Eran del tamaño perfecto… Intento 2: Pase todo un día preparando este intento. Salí de casa lo más temprano que podía, llevaba mis jeans normales por si mis padres veían mal el tamaño de la falda, llegue a la universidad y no había llegado casi nadie o al menos nadie que yo conociera. Entre a uno de los baños y ahí me cambie. Una falda negra y una camisa blanca, sin nada abajo que me defienda más que mi inocente piel. No sé si era la emoción o la excitación pero mis pezones se notaban más que nunca, aunque eso empezaba a gustarme. Fui a mi lugar habitual para esperar a que comenzaran las clases, poco a poco empezaron a llegar mis compañeros de clases, empecé a notar las diferencias de cambiar mi ropa habitual. Notaba más miradas llenas de aprobación y desaprobación Jeje… Creo que si… Este intento fue todo un éxito. Pasaron algunas horas y todo seguía igual de aburrido que cualquier otro día de clases, pero un Profesor me dio una oportunidad muy buena. -- Esta tarea será un poco larga, formen grupos de… -- 1…2…3… Mmm… -- ¡Formen grupos de 4 personas! Esa frase normalmente es el inicio de una tortura para mí, la verdad soy una de esas personas que sobran en las elecciones, pero hoy decidí arriesgarme con cierto grupo de chicos curiosos. Aquellos 3 chicos que susurraban al verme cuando hice mi primer intento ya estaban hablando ente ellos como siempre, me acerque un poco nerviosa. -- ¿Puedo unirme a su grupo? Ellos se quedaron en silencio mirándome lo que hizo que me pusiera aún más nerviosa. -- Les falta una persona… ¿No? -- ¿Entonces? Espere en silencio y empezaba a morir de vergüenza. Después de unos segundos de silencio uno de ellos reacciono. -- ¡Claro! Puedes unírtenos si quieres. No debería decir sus nombres aquí… Los llamare eeeehhh… Ema, Dani y Ero… Bueno, Ema fue el que reacciono primero, los otros 2 solo me miraban en silencio, eso fue un poco incómodo. Termine sentándome frente a los 3, yo elegí mi parte de la tarea y ellos la suya, me dedique a escribir sin prestarles mucha atención, la verdad no sabía muy bien que hacer para llamar su atención. Pero todo cambio cuando mire a Dani, el miraba mis pechos hasta que noto que lo estaba mirando y desvió la mirada, rápidamente Ema le dio un empujón con su hombro diciéndole en voz baja. -- Deja de mirarla así… Yo quería llamar la atención y ellos parecían ser las victimas perfectas para mi plan así que decidí llamar la atención. -- Tranquilo… -- Pueden mirarme todo lo que quieran Jeje… Al escuchar eso sus caras fueron un poema para mis ojos, eran una mezcla de vergüenza y emoción, me encanta causar esas emociones en los hombres. Seguí escribiendo, fingía que no le daba importancia a esta situación en donde bailaba la incomodidad con la emoción. Pero una pregunta tímida que se escondía en su propio sonido detuvo por un momento mis pensamientos, era Ero el más tímido de los 3 que por fin se atrevía a hablarme. -- ¿De verdad podemos verte? -- ¿No vas a molestarte? -- Es que… No quiero molestarte… Al escuchar sus temblorosa voz no dejaba de pensar en decirle “Ay ternurita…” Pero justo antes de decirlo se me ocurrió algo mejor. -- ¡Claro! Puedes mirarme todo lo que quieres. -- Te prometo que no me molestare por eso. -- Y… ¿Les digo un secreto? -- Hoy no traigo sujetador… Jeje Espero no haber exagerado con eso… Dani sonrió con una expresión de pervertido profesional. -- Si se nota mucho Jaja. -- ¿Enserio? Jajaja… Eso rompió el hielo y también rompió las expectativas de todos sobre todos… Es complicado pero yo pase de verme como una chica que casi nunca habla a una que hablaba demasiado, al mismo tiempo ellos pasaron de víctimas inocentes a ser auténticos pervertidos. Ero era el más callado de los 3 pero cuando hablaba se delataba como el más pervertido de los 3, de él aprendí que si tuviera una cola más grande mi cuerpo sería perfecto o eso pensaba él, me conto que le gustaban las colas grande. Dani era el más hablador, no le importaba lo que pensaran de él así que decía todo lo que pensaba sin ningún cuidado, con él aprendí que me faltaba usar escotes, a él le encantaba ver pechos. Y Ema intentaba ser correcto en todo lo que decía o hacía, aunque al ser amigo de ellos no dudaba que también era algo pervertido, lo apodo el pervertido del Closet. El día termino, este intento fue todo un éxito gane 3 amigos que me enseñarían a seducir a todos los hombres que quisiera. Llegue a casa, pensaba que estaba sola pero me di cuenta que mi hermano estaba en su habitación, me fui a darme una ducha rápida, pero cuando me quite toda la ropa pensé en una última travesura antes de terminar el día. Me moje en la ducha, elegí la toalla más pequeña que encontré, y salí del baño solo con esa pequeña toalla con la que solo podía tapar mis pechos o mi cola Jeje… Camine hasta la habitación de mi hermano llenándome de valor con cada paso que daba para acercarme, abrí la puerta sin pensar mucho y lo vi ahí escribiendo en su escritorio escuchando música. Mi voz me abandonaba más y más con cada centímetro que me acercaba, al final solo pude acariciar su hombro para llamar su atención, el me miro y se quedó en silencio quitándose los audífonos lentamente. -- Hermano…Me…  eeehhh… ¿Dónde está el jabón? Bueno era demasiado bueno para ser verdad, además era demasiado pronto como para atreverme a enseñarme toda sin ningún aviso. -- Esta arriba, ven yo te lo alcanzo. Caminaba frente a él, pensaba en alguna otra travesura pero el miedo no dejaba fluir mi creatividad, entre dudas y dudas olvide lo corta que era esa toalla. Mi hermano me siguió caminando atrás de mí, consiguió el jabón que obviamente no necesitaba y me acompaño al baño, ya me había rendido hasta que escuche sus últimas palabras. -- Ali, no deberías usar esa toalla. -- Es demasiado pequeña hasta para ti. -- Se te ve mucho atrás. Y se fue, sin dejarme procesar esas palabras. Camino un par de minutos atrás de mí. ¿Acaso estuvo viéndome todo ese tiempo? ¿Tengo que considerar esto como una misión cumplida? O solo fue un intento fallido con tintes de emoción. Un millón de preguntas vagaron por mi mente toda la noche y las respuestas a todas esas preguntas fue un dudoso. -- No lo sé… Mi mente se dedicaba a torturarme con muchas preguntas, yo navegaba por aguas cada vez más cálidas, le pedí a Dani que me enviara ideas para elegir un escote y el rápidamente respondió con un montón de imágenes de muchos animes. Sin ninguna pizca de vergüenza me envió un mensaje diciendo. -- ¡Por favor usa uno de esos mañana! -- ¡Ya estoy ansioso por verte! Yo respondí con una sonrisa alocada, era la primera vez que me decían algo así. -- ¿De verdad te gustan tanto mis pechos? La respuesta no tardo ni un par de segundos en llegar. -- Siii -- ¡Son del tamaño perfecto! Decidí resolver algunas dudas, pensaba que mientras más grandes mejor pero los míos eran un punto medio neutral según mi inocencia. Luego busque la forma de agrandar mi cola sin tener que ir a cirugía, termine en la cena diciéndoles a mis padres que me inscribiría en un gimnasio. Termine la noche eligiendo la poca ropa que me acompañaría en mi siguiente intento. Intento 3: Salí de casa muy temprano para cambiarme en el baño del piso más arriba de la universidad, le había contado todo a Dani y él le conto a los demás, pensaba que llegarían a su horario normal pero apenas llegue a la universidad vi cómo los 3 me esperaban sentados cerca de la puerta del baño. Los salude y mire alrededor, éramos los únicos en el edificio, entre al baño y les dije. -- Pueden mirar si quieren. -- Pero… -- Si los descubren no será mi culpa Jeje… Entre al baño, y me cambie sin prestar atención si me veían o no, me quitaba la ropa lentamente fantaseando con la idea de que me estuvieran espiando Jeje… Las armas de hoy serian mi segunda falda corta y una prenda de ropa un poco rara que le quite a mi mama sin que lo notara, me quedaba un poco grande pero dejaba ver un escote tan descarado como lo había sugerido Dani. Salí caminando con pasos fuertes, orgullosa del resultado, ellos esperaban sentados a un par de pasos de la puerta del baño, los 3 se levantaron tan rápido como pudieron para admirarme. Dani describió cada prenda como si me estuviera desnudando en su mente. -- Una falda corta con cuadros rojos y azules como las que usan las colegialas. -- Y un escote que no le da trabajo a la imaginación. -- Esa blusa blanca sin mangas con ese escote… Yo sonreí antes de responderles. -- ¿Entonces esto es un 10 de 10? Ero fue el primero en responder. -- Yo diría un 9,5… Te faltan las medias largas… Mire mis piernas y en mi mente las compare con los dibujos que me envió Dani. Si faltaban medias negras o blancas que llegaran cerca de mi falda. -- Mmm… Lo siento no tengo de esas… Dani sonrió con malicia en su mente. -- Y… Si te las conseguimos… -- ¿Las usarías? Me tome un par de segundos para pensarlo, me imagine usando un par de esas medias y mire sus caras llenas de emoción esperando mi respuesta. -- ¡Sí! Las usaría Jaja… Después de su celebración, fuimos a dar un paseo alrededor de la universidad, empezaron a llegar los estudiantes y profesores, nunca había sentido tantas miradas a mi alrededor, casi podía sentir los sentimientos de aprobación o desaprobación en el aire. Dani tenía razón, casi ningún hombre podía verme sin primero desviar la mirada a mi escote, incluso los profesores dando sus clases se tomaban un pequeño segundo para ver mi escote, obviamente me senté en la primera fila para causar esas reacciones. ¡Este intento fue un completo éxito! Me intoxicaba la sensación de victoria en mi mente. Ese día al salir de mi última clase fui al mismo baño del último piso acompaña por mis 3 amigos, me cambie y me despedí de cada uno con un fuerte abrazo. Llegue a mi casa y rápidamente corrí a cambiarme, me puse un pantalón n***o que me quedaba tan ajustado que parecía una segunda piel en mis piernas, además de un sujetador deportivo n***o que se escondía detrás de una camisa blanca sin mangas. Me fui a mi primer día de Gimnasio, había memorizado algunos de los ejercicios que ayudaban a crecer la cola Jaja me sentía rara pensando en todo esto pero me motive recordando todos los avances que conseguí en tan poco tiempo. Deje de ser invisible y ahora era el centro de atención de muchas miradas, miradas que me desnudaban lentamente, miradas que me juzgaban como si hubiera cometido mil crímenes, pero nada de eso importaba solo quería dejar de ser invisible. Sonreí mientras caminaba llenándome cada vez mas de motivación, entre al gimnasio decidida y sin ninguna duda en mi mente. -- Creo… Creo que de aquí no salgo virgen… Era la única mujer de todo el Gimnasio, había como 20 hombres altos y musculosos, en mi mente todos decían. -- Carne fresca… Que delicia… Me arrepentí… Quiero volver a ser invisible… Empecé a caminar lentamente hacia atrás fingiendo que no temía por mi virginidad hasta que pise por accidente algo muy grande, mire hacia abajo y era un pie… ERA UN PIE GIGANTE Mire lentamente hacia arriba y vi al dueño del gimnasio, era muy alto… ERA UN GIGANTE… Puso una de sus manos en mi hombro, yo pensé bueno espero sobrevivir a esto, digo ya he visto esto en muchos videos, ahora se acercaran todos y me arrancaran la ropa para abusar de mi inocente cuerpo. Todos mis pensamientos fueron interrumpidos por la tormentosa voz del gigante. -- ¡Bienvenida! Vamos entra, sé que el primer día es vergonzoso pero aquí todos somos familia. Y ahí estaba yo, el gigante me abrazaba con su brazo izquierdo mientras me presentaba a todos, sinceramente del miedo no recuerdo ningún nombre. Lo único que recuerdo es como un hombre gigante, musculoso y calvo me arrastraba al medio de un cuarto lleno de más hombres gigantes. Empiezo a creer que la enana era yo… Como mis intentos de huir habían fallado por el fuerte abrazo del gigante decidí utilizar el dialogo. -- Des... Disculpe… -- ¿Soy la única mujer inscrita en este gimnasio? Al decir esto todos se quedaron en silencio, pero el gigante sonrió como si hubiera esperado este momento toda su vida. -- ¡Jaja! Claro que no pequeñita. -- Eres la segunda en inscribirse. Escuchar eso me hizo sentir de una forma muy peculiar… Si… Me siento en tanga… Pero el gigante siguió hablando de forma muy feliz. -- ¡Tranquila! Tu instructora está aquí, ella fue la primera en inscribirse y te ayudara en todo lo que necesites. Ok momento no puedo decir su nombre tampoco… Haber… Haber… Haber… Estoy en un Gym y ella será mi instructora. Mmm… Gyna, es poco original pero es una instructora de Gym así que no me juzguen. En fin… El gigante camino entre todos dejándome en medio de la multitud de hombres mirándome, si creo que vi esto en muchos videos, no sé si me toca quitarme la ropa o esperar a que ellos me obliguen. Quizás tenga que arrodillarme ya o no espera, ahí viene el gigante acompañado de una rubia y que rubia… Si Ero estuviera aquí le daría un infarto pero moriría feliz. Era una rubia un poco más alta que yo, de piel muy blanca y aunque su pecho era bastante plano lo compensaba con sus piernas bien marcadas que sostenían con fuerza su enorme cola. En ese momento entendí a Ero, sí que necesitaba algo así para ser perfecta. -- ¡Hola! Gyna -- ¿Tu cómo te llamas? ¿Ella sabe que todos los del Gym le ven la cola cuando les da la espalda? Es que la miran descaradamente. -- Yo… Soy… Aliz… Alisson… Ella miro a su alrededor, todos seguían en silencio mirando. -- ¡¡¡DEJEN DE VERLA  ASI LA ESPANTAN!!! Todos desviaron la mirada al mismo tiempo, aunque cuando ella se dio la vuelta volvieron a mirarla. -- Perdón, es mi primera vez en un gimnasio. -- Estoy un poco eeehhh… Nerviosa… Creo… Ella miro con una expresión amenazante a su alrededor, todos volvieron a desviar la mirada por unos segundos. -- Tranquila se ven amenazantes pero todos aquí son tiernos. -- Y bueno. ¿Qué quieres ejercitar aquí? Yo la mire lentamente de arriba abajo, estaba vestida como yo pero sus piernas se veían 10 veces más tentadoras que las mías. -- Quiero tener tus piernas y tu cola. Oh no… ¿Dije eso en voz alta? -- Quise decir que quiero ejercitarme para tener piernas como las tuyas Jeje… Escuche risas en el fondo, si todos me escucharon. -- Jajaja… ¿Y no te basta con estas bellezas? Sin ninguna vergüenza ella empezó a apretar mis pechos con sus 2 manos. Ahí frente a todos, yo moría de vergüenza por suerte solo lo hizo unos segundos, me miro y camino a mi alrededor desnudándome con su mirada. ¡¡¡ZAS!!! ME DIO UNA NALGADA FRENTE A TODOS -- ¿QUE HACES? Ya estaba enojada y avergonzada, ella ni me miraba, tenía la mirada fija en mi cola, empezó a acariciarla lentamente. -- Oh lo siento me deje llevar. -- No estas nada mal, será fácil moldearte una cola como la mía. ¡¡¡ZAS!!! Se escuchó el sonido de otra nalgada fuerte en todo el Gym pero esta vez fue ella misma dándose una nalgada. -- Ven aquí Tetona. La seguí, admito que me molestaba su actitud pero al mismo tiempo me gustaba. -- Ven haz sentadillas aquí quiero ver tu postura. Le hice caso pero cuando empecé a bajar me detuvo. -- Separa un poco más las piernas… -- Si, justo así. Mueve tu colita para atrás. -- Cada vez se ve mejor… EMPEZO A ACARICIAR MI COLA OTRA VEZ -- ¿¡PUEDES DEJAR DE TOCARME ASI!? Ella me miro con su mirada más seductora y desafiante. -- No, no puedo dejar de tocarte así. -- Y si te molesta mejor vete. -- Digo teniendo una cola como la mía todos te mirara siempre y desconocidos por la calle te tocaran sin permiso ni aviso. -- No puedes sonrojarte ni avergonzarte cada vez que te pase algo así. -- Si eso no te gusta, ya te lo dije… -- Mejor vete… Me quede en completo silencio, no lo había notado pero ella era exactamente como yo quería ser, no era invisible era completamente el centro de atención y lo disfrutaba a cada segundo. Volví a ponerme en la posición de las sentadillas, no le respondí nada, esperaba que ella me siguiera la corriente en silencio pero no me dejo respirar ni por un segundo, se acercó a mi oído y me susurro con esa voz tan seductora. -- Jeje así que en el fondo eres traviesa… Termino la larga sesión de ejercicios, termine tirada en el piso intentando respirar, el gigante vino a ver si seguía viva. -- ¡Pequeñita! ¿Estás bien? -- Si… No la verdad no estaba nada bien… -- ¿Te ayudo a levantarte? -- Eres un gigante noble pero no gracias… -- Está bien, pero estaré cerca por si acaso. Seguía tirada en el piso y sentía el retumbar de sus pasos alejándose, me sentí un poco culpable por rechazar su ayuda así que. -- ¡Grandote! ¿Cómo te llamas? Él se dio la vuelta, con una expresión demasiado feliz para la situación. -- ¡Me llamo Erick! -- Yo soy Aliz… Un gusto conocerte… -- ¿Segura que no quieres ayuda? -- ¿Me cargaras hasta mi casa? -- Jajaja… Solo si dices por favor. Y así paso de ser un gigante temible a un gigante noble, no me cargo pero si me ayudo a levantarme, era bastante tarde así que acepte que me acompañara hasta mi casa. Espere a que cerrara el Gym y empecé a caminar a su lado. -- Gracias por acompañarme. -- No me di cuenta cuando se hizo de noche. Erick caminaba con una amable sonrisa. -- Tienes que tener más cuidado. -- Una pequeña como tú no debe caminar sola en la noche. -- La verdad a mi también me da miedo, pero nadie se atreve a hacer algo malo porque me ven grandote. No pude evitar morirme de la risa. -- ¡Qué alivio! Pobre de ti si fueras de mi tamaño. Converse con Erick hasta estar cerca de mi casa, no quise llegar con un n***o de 3 metros musculoso a casa con mi mama… No es que sea racista pero las madres viven traumas… Los vecinos ven demasiado porno… Y yo quiero mantener mis travesuras en secreto… En fin… Todos pensarían cosas muy malas… Afortunadamente Erick lo entendio, supongo que debe estar acostumbrado. Esa noche hable con mis nuevos amigos, sobre ropa que debería usar, el porno que debería ver, sobre las fotos que le debí tomar a Gyna y sobre como ya todos empiezan a notar mis cambios. Esa era mi nueva rutina. ¿Rara no? Pero creo que tome la decisión correcta, después de todo este es el momento perfecto para vivir más cambios. O más travesuras… Jeje…