Zarad miraba impaciente a los hombres descargar las armas que le había enviado Artemis desde Dessen. El cargamento era llevado por catorce Urcas, y en el cargamento llevaban esclavos. Esclavos Medranios que no paraban de llorar, mujeres jóvenes, hombres y niños. - Me parece un buen plan el que te ofreció el príncipe Artemis. De haber sabido sus intenciones me habría arreglado con el, en vez de triangular con ese estúpido de Nashor. Le dijo Philos escupiendo al suelo al pronunciar su nombre. - Creo, que sus intenciones cambiaron recientemente dadas las circunstancias. Aún así yo también encuentro beneficioso su plan. Reconoció éste. - ¿Que hay de Fallhan?. - Me dijo que envió a un grupo de mercenarios experimentados de Evilhell, liderados por un tal Johen de Brass. Philos mir