Leandro cumplió…. Cumplió cada maldita palabra que prometió. Nos entregamos a la pasión y lujuria donde nos llevaron a múltiples orgasmos arrasadores, que lo único que hacían era activar esa sed y hambruna que ambos teníanmos. Removiendo de nuevo ese fuego intenso el cual la única manera de apagarlo era fundiéndonos el uno al otro para intentar disipar esa pasión que al pasar el tiempo no disminuía al contrario se prendía cada vez más. Claramente nuestros cuerpos se estaban desquitando por el largo tiempo que tuvieron el uno sin el otro ,mos parecía unos ninfomanos aunque Leandro no está lejos de serlo, era impresionante la manera en como su m*****o flácido en cuestión de minutos retomaba vida. - Detén tu mano ahora mismo— exijo mientras una mano recorre mi ombligo con destino a mi