Capítulo 5
Natalia
Es un instinto primario, escuchar la tela rozar con sus movimientos, el sonido al exhalar de su boca, todo en medio del silencio que nos rodea, solo somos él y yo.
Soy consciente al ciento por ciento de la oscuridad que nos rodea. Y no necesito verlo para saber en dónde está. En cuestión de segundos la borrachera ha desaparecido, sustituyéndola por la adrenalina. Ya no capto solo su presencia. Si no también por la espantosa colonia que me llega revolviéndome el estómago.
“No vomites. No vomites"
Me suplica la voz de la razón. Aprieto los labios, ciento al enemigo deslizarse. No me muevo, es como retroceder en el tiempo, ya no estoy en New York, estoy en mi cautiverio, rodeada de la misma oscuridad y respiro con dificultad. Y mi enemigo me observa atada y amordazada.
“vuelve” me susurra mi voz interna.
Puedo escuchar los latidos de su corazón. ¿Oh serán los míos?. Se me han agudizado los sentidos en alerta máxima. Estoy preparada para lo que sea.
De pronto la luz se enciende e incapaz de reprimirme, me abalanzo sobre mi enemigo y mi cuerpo impacta contra él. Forcejeamos en la cama rodando, hasta que mi cuerpo es expulsado fuera de ella y puedo hacerme de mi tonfa (tolete retráctil) enfoco la mirada y tengo a un joven de cabello castaño, ojos de color qué ahora me traspasan con una mirada de odio. Es joven y sexi, no puedo negarlo, le he roto la camisa dejando ver un torso muy trabajado, vuelvo a mirarlo a los ojos. Está agazapado al igual que yo. No desconecto, me muevo a la derecha y él lo hace en perfecta sincronía conmigo, con su mirada tras pasándome.
“¿quien será este demente? ¿Y como entro?”
“escalera de incendio"
Quizá esté loca, como Nick me dice cada vez que me expongo al peligro, pero las palabras del doc, me llegan justo ahora nítidas, “ponte al límite" pues que mejor que una pelea.
Antes de que haga otro movimiento sorteo la cama y voy por el.
¡joder!, lo que menos me esperaba era que al llegar, me enfrentaría a este idiota sexi, que sabe defenderse, intento derribarlo pero el tío sexi no se rinde. Uso mi tonfa y casi parecería inmune si no fuera por los quejidos de dolor que emite. Joder.
Es fuerte e igual de veloz. ¿Será un asesino entrenado? . ¿Vino por mí o por el capitán?
¡Mierda! Yo jugando y ni siquiera sé quién es. Y tan poco puedo detenerme y preguntárselo.
Necesito vencer, así que dejó salir a la bestia que enjaule y atacó con furia. Usando mis técnicas especiales. Esas que no use en mi cautiverio.
Escucho ruidos de más pisadas acercándose, ¡vienen más! ¡El capitán! ¡Estúpida, estúpida!
Uso mis piernas para derribarlo sin darle resuello, rodamos un par de veces hasta que estoy a horcajadas sobre él, con mi tonfa sobre su cuello, ejerzo más presión, aún con él resistiéndose. Ambos jadeamos por el esfuerzo
- ¿quién eres? - logra preguntar.
-te mataré - lo sentenció a muerte, es uno de ellos, viene a matarme, me deslizó hacia su tórax y con mi rodilla para bloquear una de sus manos, sabe que si suelta la tonfa le romperé el cuello, hecho mi mano hacia mi ligero y saco mi daga, sus ojos se agrandan de sorpresa y después el instinto de supervivencia. Debajo de mi cama tengo mi Taurus, por toda la casa tengo mis armas y necesito matar a este imbécil para salvar al capitán, seguro Brian y santos están reducidos. Pues esta vez no podrán conmigo. No apartó la mirada, llevando la daga a su yugular y sonrió triunfal.
La puerta se abre con estruendo.
- ¡Natalia no! - Brian embiste mi cuerpo apartándome de mi objetivo, pero no luchó.
- ¡¿qué haces?! - grito a su cara, está entre mis piernas sujetando mis manos por arriba de mi cabeza y me ha quitado la daga.
- no hijo... Todo está bien... Es una amiga - giró la cabeza hacia atrás y veo al capitán con las manos en el pecho del hombre sexi.
¿Hijo?
- lo siento Natalia - Brian me suelta, se aparta y me ayuda a pararme, evita mirarme, bajo la mirada y mi vestido está rasgado hasta la cintura, me llevó las manos al pecho. Odiándome por estar marcada de por vida, Brian se saca su camisa de un tirón y me la ofrece, doy media vuelta usándolo de escudo tras su cuerpo, cierro los únicos botones salvados por el tirón, deslizó el vestido fuera de mi cuerpo y lo pateó aún lado, la camisa es lo bastante larga para cubrirme hasta las rodillas, Brian es grande, así que eso me vale. Salgo detrás de él y miro el cuarto, parece que pasó un tornado, las sábanas desbordadas en la cama, las cosas de mi cómoda revueltas, mi laptop, lámparas, la mesa de centro volcada. Todo en daño colateral. Brian me ofrece un pañuelo y señala mi boca. Me limpio y cuando lo retiro veo sangre.
- ¡la has golpeado!- el capitán se acerca horrorizado y analiza mi barbilla.
- estoy bien capitán- apartó mi rostro con brusquedad y él lo entiende.
Observó de nuevo al tío sexi, que me mira a mí y después al capitán, primero con horror y después con asco. Sus ojos destilan odio, su cara se contrae al recorrer mi cuerpo, es como si algo apestara aquí y después una mirada de reconocimiento.
¿Pero dónde pudo mirarme?
- papá ¿quién es esta loca? -aprieto mis puños.
“respira, no lo mates. Solo inhala y exhala”
El capitán me mira a mí y después a su hijo.
- ven conmigo Will -
- ¿quién es ella papá y qué hace aquí?- demanda grosero.
- ahora te explicó - insiste el capitán en tono agitado.
- este es mi cuarto. ¿Qué hace ella aquí?.... - se queja como niño que no quiere compartir sus preciados objetos de valor - es... ¿es tu amante?...¿ has traído a tu mujer sue...
- cuidado - doy un paso al frente pero Brian me bloquea con su brazo.
- ¡tu no me hables¡
¬ ¡hijo, más respeto!- inhala y veo a Brian nervioso e indeciso de ir hacia el capitán o quedarse a mi lado- por favor. Te lo explicaré todo.
Por un segundo me entra el pánico, pero la mirada significativa del capitán me tranquiliza. No necesito que nadie sepa mis secretos, soy consciente de la bestia que llevo dentro y mis enemigos lo saben.
- ¡explícame ahora papá! ¿Es... tu amante?
Cómo puede creer algo así, casi puedo ser su hija o el mi abuelo.
“genial, simplemente genial"
"cree que soy una puta"
Parpadeo para aclararme y sacudo la cabeza, cuando asimilo todo el drama, la culpa me carcome, veo al capitán y su hijo no se da cuenta, está cegado por la indignación y ultraje, creyéndose sus propias mentiras.
"estuve a punto de quitarle lo único que tiene en su vida”
Por eso se masajea él brazo, le he causado una gran impresión, puedo imaginar el panorama que debió encontrarse y solo por el relajo mi expresión, y porque no me agrada como le está faltando al respeto a su padre.
¿Y ahora qué hago? ¿Cómo me disculpo sin empeorarlo todo?
- has caso hijo, vamos - pero él no lo escucha.
- si no es tu amante la quiero fuera.
- hijo por favor - insiste con voz cansada el capitán y agarrando su brazo con más fuerza. - es una invitada... No es lo que crees.
- acabo de verla besuquearse con otro papá - está más alterado y no para de gritarle a la cara, lo cual no ayuda a tranquilizarme, él vio lo de Luis, estaba en la fiesta.
- yo no soy...
- ¡no me hables zorra! - grita mirándome como si fuera una intrusa, el ya me ha juzgado y sentenciado, tengo que hacer el uso de todo mi autocontrol para no golpearlo de nuevo. El capitán se sostiene con más fuerza el brazo y para mí alivio dowson se percata.
- ¿papá... ¿Estás bien? - al menos le importa.
- estoy bien... Salgamos para que Natalia pueda vestirse. - Dowson me mira con repugnancia y sale tras su padre, masajeo mi cien.
-¿Brian porque no informaste? Es algo que debí saber.
-También nos tomó por sorpresa.
- ¿Que no se supone que regresaba dentro de un año? - insisto
- lo lamento.
- vale - después de un silencio incómodo - ya te puedes ir... Estoy bien.
Sale de mi cuarto y pateó el caos. Me cambio por unos shorts cortos y una blusa de tirantes y salgo. Necesito disculparme y aclarar las cosas. Debo tragarme mi orgullo a pesar de la actitud imbécil del hijo del capitán. Pero no llego ni a bajar la mitad e las escaleras, porque la voz de Dowson resuena por toda la estancia junto al ascensor.
- ¡Porque no me dijiste que tenías a una puta aquí en nuestra casa!
- hijo cálmate ella no es...
- ¡y luego en mi cuarto! - sigue gritando. Me hierve la sangre de oír Como me ha llamado y por faltarle al respeto al capitán.
- hijo... Escucha...
- cómo pudiste meter a una mujer a esta casa... Tú que criticas mi moral, vienes y metes a una arpía a la casa de mi madre.
- William. Ya basta. No voy a permitir que hables así de ella. . Tú no sabes nada.
- lo que me faltaba. Vas a defenderla. Enserio papá. - está totalmente asqueado - ¿Acaso te importa la memoria de mi madre... de mi hermano?... ¿te importa esta familia? ... llevo años sin verte y me topo... ¿con esto? ... No. No puedes hacer esto, quiero que se largué.
- hijo no es lo que piensas.
- explícate.
- No puedo.
- vez. Ahí está... No es una militar, tú nunca ayudaste a los veteranos, así que es...
Lo veo demasiado cercas del capitán, me acerco tirando de su hombro y lo hago retroceder.
- ¡no vuelvas hablarle así!
- ¡no te metas zorra!
- hijo ya basta... Te estas pasando.
- cómo puedes defenderla.
- porque es una mujer... No te eduque de esta manera... No vas a faltarle delante de mí.
- capitán tranquilo... Yo iré a casa de...
- No - su réplica sólo alimenta la ira de su hijo y la idea que se ha hecho de mí, pero ya me importa una mierda.
- déjala que se vaya papá. Hasta eso es inteligente.
- está es mi casa y admito a quien quiera, y usted - me señala con voz severa - tenemos un contrato.
- solo iré a dormir a casa de Nick... Estoy ebria y cansada. No rompo ninguna norma capitán.
El capitán analiza mis palabras y después de soltar un suspiro asiente resignado, ya no soy una prisionera, de hecho nunca lo fui, pero tomé la decisión de alejar a mi hermana y a Nick, hasta que dejara de ser una amenaza para ellos. Por fin puedo moverme por todo el edificio y fuera de él.
- Mañana a las 10:00.
- sí capitán.
- ella no es militar papá, tú nunca ayudaste a los veteranos.
Espero al ascensor aun sintiendo la mirada de odio de William Rogde. Entro y cuando me giro y su mirada llena de desprecio y prejuicios me traspasa, levantó la barbilla orgullosa y fuerte, él es solo un niñato. Y las protestas de William desaparecen al cerrarse las puertas. Espero que conmigo fuera se calme y se aclare su mente. Está siendo irracional.
Lo detesto por juzgarme sin conocerme.
No lo soporto por ser un idiota con su padre.
Es un machista y seguro el típico tío sexi que las mujeres buscan atención por unas míseras de caricias.
Bajo al ascensor 3 pisos, y tecleando el código del piso de Nick, entro a su vestíbulo donde su ama de llaves me recibe con una sonrisa.
- señorita Natalia. Bienvenida.
- ¿dónde está Nick?- así soy yo, ella me conoce desde que somos amigos.
- no está solo señorita.
- dile que estaré en el cuarto de invitados.
Subo la escalera en espiral que dan al segundo piso y voy directa a la única habitación que es solo para mi. Nick la acondicionó. El se hizo de este departamento cuando supo que estaría aquí y emboscó al capitán para darle la llave de entrada.
Se que pudimos burlar el sistema de la tobillera, pero no podía decepcionar al capitán, después de todo lo que había hecho por mi. Si hay algo que es una ley, es mi lealtad, sinceridad y mi respeto.
Entro al baño y veo el desastre en mi labio. Seguro tendré un moretón.
- Nat - la voz ronca y adormilada llega del otro lado de la puerta.
- si - respondo. Abre la puerta solo con bóxer puesto, mientras me unto árnica - necesito tu cama.
- ¿Qué te ha pasado? - toma una toalla y la remoja, acercándose demasiado y la pone en mi labio hinchado.
- no quiero hablar de ello - su mano se une a mi barbilla haciendo presión en mi boca. Lo miró sintiendo esa complicidad que nos une. Y que estuvo ausente este año.
"Dios. Me ha hecho falta”
- vamos a la cama, estoy cansada.
- no estoy solo Nat. - baja la toalla pero no se aparta. Le sonrió cómplice.
- no tienes remedio... Me pones los cuernos en mi cara - esboza una sonrisa lobuna y la mía crece. Se acerca un poco más, casi que nuestros cuerpos se rozan, veo la esperanza en sus ojos y doy un paso atrás. Me mira triste solo unos segundos y toma mi mano con su ternura habitual, se lleva mi mano a su boca, depositando un beso tierno. Todo sin apartar la mirada.
- a dormir - entrelaza nuestros dedos y tira de mí fuera del baño. Acercándose a la cama tira de las sábanas.
- ¿y la chica? -
- sabes que no duermo con ellas. Solo contigo - se encoge de hombros para quitarle importancia.
- descarado.
- pero así me quieres.
Nos deslizamos en la cama quedando de frente sin tocarnos, solo nuestras manos unidas.
- te extrañe. - acerca su rostro unos centímetros.
- yo también - susurré cerrando los ojos.
- ¿Nat?
- si
- ¿puedo besarte?
Sonrió porqué se que también lo hace y niego con la cabeza. Siento su frente recargarse en la mía, su aliento acaricia mi rostro. Lo cual no me molesta. Es Nick. No me lastimara.
Deseo tomar su brazo y deslizarlo de bajo de mi cabeza, como en el pasado. Pero ahora esto es perfecto, con mi mejor amigo cercas.
...........
- ¡dame los números puta! - siento cada golpe y herida sangrante - ¡los números puta!
Escucho mis jadeos y llanto ahogándome, y esa voz que me persigue.
- como tu me quitaste algo... Yo te lo quitaré.
Despierto jadeando, paralizada por la pesadilla, sintiendo el corazón queriendo salir de mi tórax, duele, es una presión dolorosa. Parpadeo saliendo de la pesadilla y veo a Nick boca abajo.
Regreso al departamento con una jaqueca monumental. Me duele mi costado derecho y la cara.
- buenos días - me saluda Alejandro Santos, un joven de 31 años, rubio, alto y fuerte que entrena conmigo en el gimnasio, y escolta del capitán. para mi mal gusto demasiado en voz alta.
- no grites... ¿Dónde está el capitán?
- ya se fue, ¿a qué hora nos vamos jefa?
- no soy tu jefa... Aun - digo camino a mi cuarto.
- jefa tengo que advertirle - me sigue subiendo las escaleras - el joven Dowson durmió en su habitación.
- y a mi que.
- déjeme me explico... Él está ahora. En tu cama.
- ¡Que! - me detengo en el camino - ¿no había solucionado esto el capitán?
- el joven Dowson siguió discutiendo, pero el capitán ya sabe, se puso mal.
- ¿está bien? - murmure preocupada.
- si está bien, el joven Dowson es un poco de carácter difícil. Solo lo hace para contrariar a su padre. Pero es buen hijo.
- gracias. Alex estaré lista en una hora... Yo lo arreglo.
Me hecho andar a la segunda planta, dejando las escaleras atrás con unos largos ventanales y cortinas ondeando con la brisa matutina de new york, la primera vista es una pequeña sala de reuniones, antes de entrar al los pasillos que dan a mi cuarto, y por el pasillo que da hacia una sala vacía con una tela pegada a lo largo de la pared, nunca le he preguntado al capitán que hay en esa puerta al final del corredor porque su habitación está al lado, lejos de la mía, hay tres habitaciones más que están vacías y la mía es la primera.
Me encuentro a un bello durmiente en mi cama.
" ¡Está en bóxer!”
”Que si se ha hecho una paja en nuestra cama lo matas"
Al analizar veo maletas deshechas y el panorama no es nada alentador, todavía faltan tres por deshacer.
"no se habrá atrevido”
Doy largas zancadas a la cómoda con espejo y abro mi cajón de ropa interior. Quiero gritar.
¡Hay bóxers junto a mi ropa!
Quiero matarlo, escucho como se levanta y cierro los ojos suplicando que no me declaré la guerra. Estoy anonadada, con resaca y deshidratada. Hago un ejercicio de respiraciones hasta que escucho el agua caer y decido empezar con mi rutina. Me sorprende su osadía, esperaba encontrarme con mis cosas fuera, pero esto es un claro desafío a que yo las saque, ja, como si fuera a pasar. Enciendo mi laptop mientras alistó mi traje n***o con camisa blanca y botas de tacón. Saco mi arma y la estuchera. Voy al pequeño closet que ocupa la habitación, y que es para las maletas, pero como tengo poca ropa ahí aguardo mis sacos y chamarras y unos trajes de gala. Pero al abrirlo está vacío.
"como odio que toquen mis cosas”
- están en la habitación-armario.
Me giro hacia su voz y lo veo en toalla atada a la cintura, presumiendo sus sexis músculos pero a mi no me impresiona. Es solo un tío más. Como él no es educado conmigo yo también seré igual. Entró a la habitación y ahí está toda mi ropa y mis cuatro pares de zapatos. Perfectamente acomodados.
"respira profundo, respira, respira"
Esperaba encontrarme con mis cosas tiradas, pero esto es algo peor, una bofetada en la cara. Salgo con mi maletín y lo dejó junto a la cama, esta humectándose la piel frente al espejo y me acerco a tomar mi ropa íntima, abro con brusquedad el cajón y lo veo embozar una sonrisa socarrona. Veo el conjunto de encaje n***o en mi mano y cierro de igual forma. Me encuentro con su mirada al espejo, desafiandome a que le diga algo, ahí está esa sonrisa de satisfacción amenazantemente perturbadora. Y solo por perra me llevo los dedos a la boca, acariciando el cardenal. Su sonrisa desaparece.
- buena izquierda tío - palmeo su hombro y me alejo orgullosa dejándolo desconcertado y entro al baño.
Mientras me baño hago una lista mental
Una, toco mis cosas. Dos, es un irrespetuoso. Tres, ¿porque tiene que ser sexi?. Cuatro, cree que soy una puta. Me faltó algo más.
Al salir Brian toca mi puerta.
- Natalia 20 minutos- se escucha su voz. Me encuentro con William sosteniéndole la mirada. Pero no puedo perder mi tiempo, tengo una entrevista y un trabajo esperándome, recojo mi ropa de la silla y entró al vestidor.
- No toques mis cosas.
- claro naty - responde burlón.