Capítulo 19 El regalo Natalia Debí haberlo previsto, suponer que algo se acercaba, ella siempre ha sido una amenaza real y constante. Debí descubrirlo en la sonrisa del capitán al cruzar las puertas del ascensor, y él abrazo de papá orgulloso que me dio. Debí olerlo en el ambiente. Incluso sospecharlo. Pero el impacto me lo llevé cuando en la cama había un pastor belga de 6 meses, con un segundo paquete junto a él. Al principio creí que era una alucinación, el perro me ladro y meneo la cola. Solté la maleta de golpe y me arrodillé en la cama para tocar a mi nuevo mejor amigo. — Oso. Mi vida. ¿Dime que te has perdido? — lo deje lamerme la cara — porque si no yo te robaré. Eres un oso enorme y hermoso. Tu. Eres. Mio. Mientras rascaba sus orejas tome la tarjeta. Espero poder ganarme