CAPÍTULO 2

1271 Words
Mi despertador suena, con la pereza del mundo me levanto, otro maldito día igual a los demás, otro día para seguir con mi plan y seguir llenándome de odio. Espero algún día cumplir mi promesa. Me baño y me alisto, antes de bajar a desayunar pasó a ver a mi mamá. Hace tres días salió el hospital psiquiátrico, ha tenido depresión durante 15 años, no quería vivir, pero gracias a Dios ya no tiene ese pensamiento. Toco la puerta pero no contesta por lo que decido entrar, ella se encuentra profundamente dormida, le doy un beso en su cabeza y se mueve un poco. —Hijo, Buenos días.  —Buenos días, mamá.  —¿Ya te vas a ir a trabajar?  —Todavía no, voy a desayunar y luego me voy, tengo muchas cosas que hacer.  —Está bien, yo bajaré dentro de un rato. —Bueno, desayunas por favor.  Ella asiente y yo me voy, bajo a desayunar. Mientras lo hago me dispongo a contestar algunos mensajes y correos del trabajo. Cuando terminé, me fui a lavar los dientes y recogí mis cosas. Hoy sería un día más. —Emilio, buenos días — le digo a mi chofer. —Vamos directo a la empresa —Sí señor.  De camino a mi empresa sonó el celular, al ver quién es, sale a flote toda mi hipocresía. —Bueno — digo haciéndome el desentendido. —¡Hola guapo! ¿Cómo está mi futuro esposo? —Hola nena muy bien ¿y tú? — digo reprimiendo mi odio. —Aquí pensandote y con ganas de tener sexo contigo. —Dios ¿Hasta cuando tendré que soportarla?  —Yo también tengo muchas ganas de verte. —¿Qué te parece si hoy voy a tu casa y así usamos tus juguetes que tanto nos encantan? —No, a mi casa no, ayer llegó mi madre de viaje y no creo que sea buena idea, que nos vea o nos oiga haciendo esas cosas. —¿Tu madre? ¿Al fin podré conocerla? —Pienso en lo que ha dicho, mi madre no sabe nada de mis planes y estoy seguro que no le gustará nada. — Si la conocerás, pero cuando yo diga. —¿Por qué? —Por qué sí y punto. —Bueno, bueno. Yo pensaba ir a Panamá, pero la verdad no voy a ir. —frunzo el ceño ¿A qué iba ir? —¿Para qué querías ir a Panamá? —Se murió mi primer esposo, y pues quería ver cuánto me dejo de herencia es su testamento— ¿Ex esposo? —¿Cuántos ex esposos has tenido? —Cinco, pero sé que tú serás el último. — maldita arpía. —¿Y porqué estás tan segura que él te dejó algo? —Porque le di lo que él siempre quiso, así que espero que él haya cumplido con el trato. —¿Qué fue lo que le diste? — pregunto curioso.  —Una hija. —Abro los ojos como platos al oírla. —¿Cómo es que tienes una hija y yo no sabía nada? ¿Qué más me ocultas Roxanne?. —No te oculto nada Evans, tú siempre has sabido la clase de mujer que soy y que he estado casada con varios hombres, lo que pasa es que ni a él lo soportaba y a la mocosa no la quiero, es como si nunca hubiera existido. —¿Mocosa? ¿Es una niña?— pregunté preocupado, si su madre no la quiere y su papá murió ¿Con quién se quedaría? —Bueno es un decir, ella cumplirá 24 años, yo por un acuerdo con él y del juez le doy una pensión que dejaré de dársela cuando cumpla los 24 y ya deseo que llegue ese día. —Ya, bueno te dejo, te hablo más tarde para ver si nos vemos y en donde. —Bueno mi amor, te amo, nos vemos luego. No puedo creer que esa bruja tenga una hija, espero que no sea igual de bruja que su madre. Cada vez que hablo con esa mujer me da dolor de cabeza y cada vez que tengo sexo con ella me doy asco a mi mismo, nunca he hecho el amor con nadie sólo es sexo, pero con ella soy más grosero, me gusta amarrarla, por ella compre ciertos tipos de juguetes con tal de desquitarme la idea que tengo contra esa maldita mujer y me aprovecho más, porque a la muy bruja le gusta que la traten así. Desearía encontrar una mujer a quien amar y que me ame de verdad con quién compartir mi vida, pero juré que me vengaría y eso pienso hacer. No descansaré hasta que la vea arruinada y miserable y si es posible muerta. Y nada ni nadie me lo va a impedir. Llego a mi empresa INDUSTRIA SULLIVAN S.A. Es una empresa de mucho prestigio, me ha costado mucho llegar donde estoy, pero mi odio es el que me ha hecho seguir cuando pensaba que no podía más. Me expandí acá en Costa Rica, Panamá, España, Los Ángeles, y Alemania, tengo una línea de hoteles 5 estrellas, academia de modelaje, también trabajamos en telecomunicaciones.  No hubiera podido sólo, si no hubiera sido por el dinero que tenía y por mis tres mejores amigos casi hermanos, que también pusieron todo lo que tenía en el proyecto y muchas personas que confiaron en nosotros, no seríamos quienes somos.  Han sido 15 años de mucha lucha para llegar donde estoy y lograr mi objetivo.  Unos golpes a la puerta interrumpen mis pensamientos. —Adelante —¿Qué haces amigo? —dice Scott entrando. Scott es uno de mis tres mejores amigos, gracias a él, Matt y Alex no he abandonado mi objetivo. —¿Desde cuando tocas la puerta? —Desde que casi te descubro follándote a la bruja que tienes como mujer.  —No exageres que no me iba a coger. —Bueno vengo a decirte que salgo para Panamá. —¿Y eso? ¿Hay algún problema en la empresa? —No, descuida, todo está bien. Te acuerdas que desde hace seis meses salgo con alguien y que por una u otra razón no has podido conocer a la mujer de mi vida. —Creo que si, mientras no le hayas dicho nada mío todo está perfecto. —digo sonriendo, se que se ha enamorado, cosa que aunque quiera yo nunca lo haré. —Descuida, sabe de ti porque eres uno de mis mejores amigos, pero nadie sabe de tú vida privada y la bruja. Y volviendo al tema, lo que pasa es que ella está pasando por un mal momento, el hombre que ella consideraba como un segundo padre falleció. Ella y Nat están muy mal. —¿Nat? ¿Quién es? —Ella es la mejor amiga de mi bella Miosotis y Nat, si es hija del hombre que se murió, está devastada. —Me imagino, es horrible perder a tu padre. ¿Quieres que te acompañe? —Si, tal vez deberías, así te despejas de la bruja esa, además Nat es muy hermosa. — Dice moviendo las cejas de arriba para abajo, y yo lo miro con mala cara. —Sabes que a mi no me puede interesar ninguna mujer, tengo solo un objetivo en esta vida y no descansaré hasta lograrlo.  —Amigo, estás muy mal, vas a cumplir 34 años, no puedes vivir toda una vida queriendo venganza. —No me importa, asi dure toda la vida en eso no descansaré hasta lograrlo.  —Bueno tú sabrás, ahora ¿Te vienes?
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