La señora que había estado cuidando de Ethan les dio la bienvenida, indicándole a la desesperada Alice dónde estaba su hijo. Ella corrió a la habitación donde le indicaron que su hijo dormía, en medio de aquel espacio estaba una enorme cuna y dentro… Dentro estaba su hijo. Se había prometido no llorar, lloró durante meses, lloró durante el camino hacia allí, pero al ver a Ethan…sonrió. Esbozó una enorme y amplia sonrisa que alumbraba todo el lugar porque estaba llena de felicidad y de alivio. Caminó silenciosamente hacia la cuna y apoyó sus brazos en ella, agachándose junto a su hijo, su mano tembló al quererlo tocar y él se movió cuando sintió aquella mano temblorosa, soltando un quejido por ser despertado. Alice se maravilló al escuchar ese sonido de su hijo. La señora que lo cuid