Tyler miró a Kade, quien lo había seguido afuera.
—¡Llévala al vehículo, AHORA! Nos vamos. Kade… ponla en mi vehículo. —Gruñó Tyler, y luego regresó irritado al edificio.
Había estado molesto toda la noche. Se culpaba a sí mismo principalmente. Nunca actuaba de forma irracional, pero cuando se trataba de ella, lo hacía. Dejaba que sus emociones se desbordaran sin control. Sabía que sus acciones les dieron a esos lobos la idea. No que fuera excusable. Nunca cometerían ese error de nuevo… Ni ningún error. Tyler se cobró las vidas de los cuatro lobos. No hay segundas oportunidades cuando se interfiere con la pareja de un lobo, al menos según Tyler.
Lilly se quedó allí atónita. La inspeccionaba como si su juguete hubiera sido alterado, no le hablaba. Ni una palabra. Ahora iba a ser tortura
