Un gruñido atronador rasgó el aire mientras un hombre miraba enojado hacia la distancia. Miró al grupo de hombres frente a él y les frunció el ceño. No le gustaba lo que acababa de escuchar… Su princesa ya estaba emparejada, con el Alfa de la manada Diamante, no menos. Llegó tarde a recuperar su premio, su maldita madre se aseguró de eso. Esperaba seguir teniendo tiempo para reclamarla, pero el tiempo se estaba agotando. Era fuerte, pero sería s*****a adentrarse en la manada Diamante para llevarla consigo. Además, había un guardián miserable con ella. Esto complicaba las cosas. Incluso para él, un guardián era una amenaza potencial debido a lo que eran capaces de hacer. Cada guardián tenía una espada de doble filo que podían usar si la situación era desesperada. Tendría que ava