Lilly bajó de la ducha y se dirigió a la cocina. Se quedó parada allí mirando, observando toda la comida chatarra que Avery había traído. —¡Wow, lo has conseguido todo!—Lilly sonrió al ver todas las delicias tentadoras. —Todo, excepto el regaliz.—Avery le guiñó un ojo y las dos se rieron. Lilly observó cómo Cedric y Tristan se dirigían hacia los sofás. —Ah, ah, ah... ¿dónde creen que van? Vuelvan aquí. Me van a ayudar.—Lilly les lanzó una amplia sonrisa mientras los dos hombres protestaban. —No tendrás problemas para comer la comida. Al menos puedes ayudar a prepararla. —Avery intervino, estando de acuerdo. —Cedric, puedes hacer el ponche. ¡Tristan, vas a ayudarme a hacer las galletas!—Lilly se emocionó al entrar en la cocina y Tristan la siguió lentamente. Pero estaba feliz. Ver a