—Candy, ese hombre está frente a tu puerta, ¿cómo es que no quieres dejarlo entrar? ¿Has visto lo guapo que es?—decía su madre. Albert Smith no había podido entrar porque Candy se lo prohibió a su madre, negándose a que él pisara su casa. Ya Lucio la había llamado para decirle que todo estaba resuelto pero que lamentablemente Samara había huido. —¡Mamá! ¿Quieres dejar de insistir ya?—Se quejó Candy—. Ya te lo dije, no quiero verlo, no quiero hablar con él. —Pues dijo que no se irá hasta hablar contigo y ya lleva más de veinte minutos. No seas así con él. Y es muy guapo. —Sí, Rick también era muy guapo, ¿de qué sirve eso? —Pues no seas una niña tonta y recíbelo, estás embarazada, sin trabajo y necesitas de un hombre, no para que te mantenga, se que tienes tu dinero, pero…una mujer